Tegucigalpa – El ministro de Seguridad general en retiro, Ramón Sabillon, dijo este jueves que los privados de libertad y los miembros del crimen organizado, maras, pandillas y otros grupos criminales siempre intentarán romper las reglas antes de que se tomen medidas. implementado. para recuperar el control de ellos en una prisión hondureña.
Sin embargo, Sabillon dijo que la situación en las cárceles hondureñas «no se pueden ver desde una sola óptica», Porque, además de los conflictos entre presos, existen problemas estructurales y de infraestructura de carácter administrativo, «más los actores de afuera que están llevando agua a su molino o defendiendo sus intereses».
«Todo eso es contexto», dijo Sabillon, y señaló que el plan de intervención del sistema penitenciario sería lo suficientemente fuerte como para prevenir la violencia entre los reclusos.
«Lo estamos haciendo fuerte, siempre hay retos y desafíos de cómo podemos mejorar las medidas de control, qué tecnología usamos, qué talento humano estamos calificando y certificando», dijo el funcionario.
Según él, en el penal llamado “El Pozo” ubicado en Santa Bárbara, Illama, occidente de Honduras, tiene frecuentes conflictos entre internos, pero todos los penales del país incumplen las normas.
En las últimas dos semanas, se han denunciado al menos seis actos de violencia en cuatro prisiones de todo el país, con un saldo de un muerto y más de una docena heridos.
El 8 de abril se reportaron enfrentamientos con el uso de armas en varias cárceles de Honduras, incluyendo la cárcel de El Pozo en Ilama, Santa Bárbara; «La Tolva» en Morocelí, El Paraíso; Támara en Tegucigalpa; y Siria de El Porvenir, en Francisco Morazán. Además, entre el 9 y el 19 de abril se produjeron tiroteos en la cárcel de El Pozo.
Sabillon dijo que estos hechos eran parte de un plan de ciertos grupos criminales, por lo que la presidenta Xiomara Castro anunció intervenciones en las cárceles «para reducir el control y gobierno criminal».
Afirmó que aunque la prisión no estaba totalmente controlada por el narcotráfico y el crimen organizado, todavía estaba trabajando para recuperar el control total.
«Hay autores desde afuera que tienen implicación e intereses en ciertos aspectos que se dan y no son meramente económico, hay estatus de poder criminal, de control. Cada uno tiene su lucha de poder a tal grado de que legitimaban a las autoridades internas y eso no debe de ocurrir», apunto.
Los mediadores anunciaron que las autoridades están realizando 10 acciones en 25 centros de detención de Honduras, entre ellas, desarmar a los internos, cortar la señal telefónica, instalar sistemas digitales de monitoreo y vigilancia, reclasificar a los internos según el nivel de riesgo y aislarlos.
