La fecha fue elegida en honor a los Mártires de Chicago. La huelga que empezó en el epicentro industrial de Estados Unidos y cómo se desató la Revuelta de Haymarket donde murieron 38 obreros. Quiénes eran los líderes y qué reclamaban ese 1ro. de mayo de 1886.
Por Infobae
Si previo a la revolución industrial se trabajaba de sol a sol para el sustento, con el éxodo a las ciudades y sus fábricas de producción a gran escala, los trabajadores debieron hacerlo al ritmo frenético de las máquinas en espacios cerrados, sofocantes y sin ventilación.
A mediados del siglo XVIII se iniciaba el mundo moderno, gracias a la invención de la máquina a vapor en Gran Bretaña que aceleró los procesos e incrementó al producción. Sin embargo el progreso no había llegado para mejorar la vida de los trabajadores, las jornadas laborales eran extenuantes, con turnos que superaban las 12 horas, tareas perjudiciales para la salud y sueldos paupérrimos. Sobre estas insoportables condiciones de vida, tiempo después, Charles Chaplin dejó una obra inolvidable, llamada Tiempos modernos, una joya del cine mudo, donde criticó -haciendo uso del humor- el trabajo en cadena, el nuevo modo de organización laboral donde nacían los trabajadores especializados, de tareas repetitivas, que debían sostener el ritmo impuesto por las máquinas. Y por quienes las dirigían.
Los empleados en los Estados Unidos debían cumplir extenuantes jornadas de 12, 16 y hasta 18 horas. La única limitación que existía en algunos Estados era la prohibición de que una persona trabajara 18 horas seguidas sin una causa justificada. La multa por obligar al empleado a esa jornada era de 25 dólares.
Frente a la explotación laboral, durante el siglo XIX los trabajadores comenzaron a organizarse para reclamar por un trabajo digno. Comenzaron a pedir mejoras de las condiciones y tuvieron lugar las primeras huelgas y manifestaciones, que eran rápidamente sofocadas. Ante el descontento de esa nueva masa obrera asalariada, el gobierno de Estados Unidos decretó en 1868 que el turno máximo laboral debía ser de 8 horas, así podrían dedicar 8 horas al trabajo, 8 horas a dormir y 8 para la recreación. No obstante, algunos empresarios no hicieron caso a la nueva ley. El acatamiento no fue inmediato y generó mucha resistencia.
Esta ley, llamada Ingersoll, fue firmada por el presidente estadounidense Andrew Johnson, tras décadas de reclamos de los trabajadores, con cláusulas que permitían que esas horas se extendieran.
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