Tegucigalpa – El aún ministro de Transparencia, Edmundo Orellana, quien se retirará de su cargo a partir de julio próximo, ha lanzado fuertes acusaciones en las últimas horas, denunciando que la administración de Xiomara Castro está siendo saboteada por personal del ejército que fue incorporado hace 12 años para promover intereses ajenos.
Orellana afirmó que el gobierno de la presidenta Castro está siendo boicoteado por aquellos individuos que durante más de una década se infiltraron como un ejército burocrático para beneficiar a la anterior narcodictadura, y que continúan ejerciendo influencia en la actualidad.
En este contexto, el ministro resaltó la necesidad de llevar a cabo una purga en las instituciones para lograr el éxito en la lucha contra la criminalidad.
«Si no se depura la Policía, será extremadamente difícil que nuestra lucha tenga algún efecto. Si no se purga el Poder Judicial, si no se rescata el Ministerio Público y no se inicia una depuración profunda, tampoco podremos lograr nada», enfatizó.
Para respaldar sus afirmaciones, Orellana mencionó el incidente ocurrido en la prisión de mujeres en Támara, donde los cuerpos de inteligencia deberían haber advertido sobre la planificación del crimen organizado.
«¿Cómo es posible que los cuerpos de inteligencia, que existen desde mucho antes del escuadrón 3-16 y que han estado profesionalizándose, no hayan previsto lo que sucedió en Támara? ¿Cómo es posible que no detecten a las verdaderas cabezas de la extorsión y el lavado de activos?», cuestionó.
El ministro advirtió sobre la importancia de no limitarse únicamente a las circunstancias diarias, ya que, según él, cometeremos graves errores en esta lucha si no profundizamos en las investigaciones y desarticulamos las estructuras criminales de raíz.
Previamente, la viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, había denunciado la existencia de autoridades corruptas dentro del sistema penitenciario, lo que ha obstaculizado su trabajo y los esfuerzos por combatir la delincuencia.
