Tegucigalpa – Según el coordinador del Observatorio Económico de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Sergio Zepeda, la pobreza sigue siendo una realidad desgarradora para millones de hondureños.
En sus últimas declaraciones, Zepeda destacó que siete de cada 10 hogares en el país enfrentan dificultades debido a la pobreza, lo que representa una situación alarmante que afecta a más de seis millones de personas.
Al evaluar estos datos en términos porcentuales, se estima que un 74 por ciento de la población se encuentra bajo la línea de pobreza. La situación se agrava al considerar que existen dos tipos de pobreza: la pobreza relativa y la pobreza extrema.
La primera se refiere a aquellos hogares que sufren dificultades económicas significativas, mientras que la segunda representa la condición más severa de privación de recursos básicos.
Zepeda resaltó que más de la mitad de la población hondureña, unos seis millones de ciudadanos, experimentan algún tipo de pobreza en sus vidas diarias, lo que evidencia la magnitud del desafío que enfrenta el país en materia de desarrollo y bienestar social.
Según los datos del Banco Mundial para el año 2021, un 64.5 por ciento de la población hondureña vivía en pobreza, y un 25.3 por ciento se encontraba en pobreza extrema. Esta realidad implica que una gran cantidad de personas carecen de acceso a recursos básicos esenciales para llevar una vida digna y satisfactoria.
Son varias las causas que contribuyen a la persistente pobreza en Honduras, entre ellas se encuentran la falta de empleo, la desigualdad de ingresos, la violencia y el cambio climático. La falta de oportunidades laborales es uno de los principales desencadenantes de la pobreza en el país.
Las estadísticas reflejan un desempleo del 10.6 por ciento y un subempleo del 24.5 por ciento, lo que refleja la urgente necesidad de mejorar las condiciones laborales para la población hondureña.
Enfrentar y superar la pobreza en Honduras requiere de un enfoque integral y coordinado por parte del gobierno y la sociedad en su conjunto. Se necesitan políticas y programas que promuevan la generación de empleo, la reducción de la desigualdad y la protección de los más vulnerables.
Asimismo, es fundamental abordar los factores estructurales y sistémicos que perpetúan la pobreza en el país para construir un futuro más justo y próspero para todos los hondureños.