Tegucigalpa – Honduras continúa perdiendo competitividad en la producción de granos básicos, en particular, en el caso del maíz blanco, un alimento que históricamente ha sido cubierto por la producción nacional, advirtió Guillermo Cerritos, director ejecutivo de la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (Fenagh).
Según Cerritos, en 2022, la importación de maíz amarillo alcanzó la cifra de 17 millones de quintales, lo que representa una señal preocupante para los productores locales.
El nivel de competitividad frente a los precios ofrecidos por Estados Unidos dificulta que los agricultores hondureños puedan competir en el mercado internacional y vender sus productos a precios competitivos. Como resultado, se ha abierto la puerta a la importación de maíz blanco.
Aunque el Banco Central de Honduras (BCH) reportó que el año pasado ingresaron más de 3 millones de quintales de maíz blanco al país, Cerritos señaló la curiosidad de tener un arancel del 45 % sobre este producto, lo cual plantea interrogantes sobre la política arancelaria y su impacto en el mercado de granos básicos.
El representante de la Fenagh expresó su preocupación por la pérdida gradual de espacios en la producción de maíz blanco, atribuyendo esta situación a factores como el cambio climático y las limitaciones en el acceso al crédito para el sector agrícola.
Ante esta situación, Cerritos hizo un llamado a todas las partes involucradas en el análisis y desarrollo del país para que se tomen medidas que protejan y fomenten la producción local de maíz blanco, evitando así la dependencia excesiva de la importación de este producto básico.
El objetivo es mantener la competitividad del sector agrícola y garantizar la seguridad alimentaria del país.