Tegucigalpa. – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez pidió este domingo durante la homilía oficiada en la catedral San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, “limpiar nuestros corazones” y no dejarse influenciar por la basura que circula en los medios de comunicaciones.
“Si hoy vinera Juan Bautista a nuestra Honduras, ¿qué diría? de aquellos que solo viven pensando en el poder y como llegar al poder de cualquier manera, aunque sea mintiendo, engañando, robando”, cuestionó el purpurado.
Fustigó que la navidad no es comprar o vender más sino el festejo por el nacimiento del Señor Jesús.
Apuntó que Honduras necesita cambiar, pero no lo hará con toda la “basura” que circula en los medios de comunicación.
“No vamos a cambiar con toda esa basura que circula muchas veces en los medios, insultando, calumniando y difamando, eso no hace más que encerrarse en un círculo vicioso de pecado”, refirió.
Consideró que se necesita cambiar el corazón y abrirlo al Señor Jesús. “En Honduras hay tanto odio y eso tiene que cambiar”.
El cardenal hondureño también del cambio climático y de la COP25 (Conferencia de la Partes) que se celebra en Madrid, España.
“El problema no es el clima, el clima es una consecuencia del poco cuidado que tenemos de nuestra casa común”, acentuó.
A renglón seguido externó que espera que la COP25 pueda llegar a conclusiones buenas.
“El problema no es el calentamiento global, el problema es la irresponsabilidad frente al cuidado de esta tierra que es nuestra casa común”, meditó.
El líder religioso instó a la conversión y a cuidar más de “nuestros bosques”.
Lo anterior en referencia con preservar el medio ambiente, los recursos del bosque, del agua y del suelo y sobre todo cuidar de los demás empezando por el corazón.
Indicó que es responsabilidad de cada ciudadano el aseo de su propia casa, barrio porque eso ya es cuidar a los demás. “Hay que cuidar a los niños para que tengamos un país en el cual valga la pena vivir”, acotó.
Señaló que “la primera limpieza es la de los corazones, porque donde hay odio, hay muerte, donde hay muerte no hay vida y donde no hay vida no está Dios”.
El mundo está sometido en las contradicciones, en sus violaciones, liquidando la justicia, la paz, y liquidando la fraternidad entre lo seres humanos, concluyó.
