Del injustamente ignorado Medio Oeste americano a la fascinante Nicaragua o Icaria, isla griega más económica que las más turísticas. En estos enclaves el dinero cunde más, según el ‘Best in Travel’ anual de escapadas de la editorial viajera.
Por El País
El Medio Oeste de EE UU
La revolución de las ciudades de la gran llanura. En Estados Unidos, entre costa y costa, hay mucho que ver: es el Medio Oeste. Injustamente conocido como un gigantesco maizal, tiene ciudades llenas de creatividad y diversidad, donde se puede encontrar incluso una nueva gastronomía. Hablamos de ciudades como Chicago, Milwaukee y Detroit, donde los nuevos chefs, artistas o diseñadores pueden desarrollar toda su creatividad en entornos más asequibles que en las costas del país. Aquí se encuentran viejos almacenes reconvertidos en estudios de arte, fábricas vacías transformadas en hoteles ecológicos o edificios abandonados que se han transformado en restaurantes con estrella Michelin. Pero hay más: grandes museos como el Art Institute of Chicago (en la foto) y el Rock & Roll Hall of Fame de Cleveland, muchas fábricas de cerveza y oasis culturales, como los que permiten probar cocina somalí en Columbus o descubrir mercados callejeros en Minneapolis. Además, en 2024 Cleveland e Indianapolis se convertirán en sitios clave para ver el eclipse solar en abril, el parque nacional Valle Cuyahoga (entre Akron y Cleveland) celebrará el 50º aniversario de la creación de su bosque nuboso y el paraíso culinario de Ann Arbor (en el Estado de Míchigan) festejará su 200º aniversario todo el año.
Polonia
La Europa más asequible. Polonia se mantiene como uno de los destinos más asequibles de Europa, y uno de los que ofrece más por menos. El país tiene muchas ciudades históricas llenas de experiencias culturales y gastronómicas, 17 enclaves declarados patrimonio mundial y 23 parques nacionales. Muchos viajeros visitan ciudades como Varsovia, que en 2024 inaugura un nuevo recinto que albergará el Museo de Arte Moderno y el Teatro TR Warszawa. La escena gastronómica polaca vive también un gran momento, añadiendo a sus propuestas culinarias platos sofisticados y contemporáneos a base de ingredientes tradicionales, en restaurantes de la capital como Bez Gwiazdek, Dyletanci y Opasły Tom. Fuera de las grandes ciudades, la campiña polaca se abre a todo tipo de experiencias al aire libre y en los Cárpatos, la ruta Icon Trail pasa por pueblecitos con antiguas iglesias de madera. También se pueden surcar los lagos de Masuria en kayak (en la foto) o recorrer en bici el parque nacional de Białowieża, un bosque primigenio patrimonio de la Unesco habitado por el mamífero terrestre más grande del continente: el bisonte europeo.
Nicaragua
Un eclipse en lo alto de un volcán. Nicaragua no es uno de los destinos más turísticos de Centroamérica, y puede haber llegado el momento de visitar un país bellísimo, económico y con una gran oferta de surf, sol, pueblos coloniales, selvas tropicales e islas perdidas. El 8 de abril del 2024 se podrá ver un eclipse total de sol en gran parte de Centroamérica y Norteamérica. ¿Por qué no ver el espectáculo desde la cima de un volcán nicaragüense? Ya de paso, se puede completar la experiencia paseando por las calles adoquinadas de Granada (en la foto), coronando los volcanes gemelos de la isla de Ometepe, visitando pueblos surfistas de la costa del Pacifico o conectando con la naturaleza en una de las 78 reservas naturales del país. Nicaragua está recuperándose tras una época dura de disturbios civiles y desastres naturales que marcaron el descenso del turismo. Sus gentes, cálidas y acogedoras, con muchas ganas de recibir de nuevo al turista, serán el verdadero motor que dará un vuelco a todo en 2024.
“Limes” del Danubio
Siguiendo la frontera de los romanos en Bulgaria. Una red de localidades situadas en la antigua frontera oriental del imperio romano —los “limes” del Danubio— es candidata a la lista de patrimonio mundial de la Unesco en el 2024. Las estructuras de esta frontera datan del I milenio, cuando el imperio romano se expandió con rapidez a lo largo del Danubio por zonas de las actuales Croacia, Serbia, Rumanía y Bulgaria. Aunque la protección de la Unesco se extenderá a los asentamientos de los cuatro países (que se unirán a zonas de los “limes” romanos de Alemania, Austria y Eslovaquia, ya reconocidos en 2021), el tramo búlgaro va a ser el más espectacular. Comienza en torno a la antigua ciudad romana de Ratiaria, cerca de la actual Vidin, y se extiende al este hasta la que fue una poderosa fortaleza, Durostorum (la actual Silistra; en la foto), y más allá. La orilla del Danubio está llena de ruinas, algunas intactas desde la Antigüedad, otras restauradas y reutilizadas por los ejércitos bizantino y otomano. Muchos sitios pueden explorarse en bici, pedaleando por las etapas de la Dunav Ultra, una ruta ciclista de 740 kilómetros que sigue el Danubio hasta el mar Negro.
Normandía
La cuna del impresionismo, más ecológica que nunca. En 1872 Monet pinto el puerto de El Havre al alba en su cuadro ‘Amanecer, marina’ y, dos años después, nacía el impresionismo. Ahora la región francesa de Normandía se redescubre con una nueva mirada ecológica. En 2024, en pleno jaleo olímpico en París, la Normandía rural puede ser una alternativa próxima (a poco más de una hora en tren desde la Gare St-Lazare), con prados, granjas y manzanos, que nos harán bajar el ritmo y reconectar con la naturaleza y con el arte. Hay rutas ciclistas que llevan a ver cómo la tercera generación de una familia de agricultores elabora sidra y camembert. Y para celebrar los 150 años de impresionismo, la región albergará entre marzo y septiembre el Festival Impresionista de Normandía, un gran evento de artes multidisciplinares que sumergirá al público en uno de los grandes movimientos artísticos del siglo XIX que revolucionó el arte con su enfoque radical y su forma de inmortalizar sobre lienzo escenas al aire libre con una luz natural y camaleónica. El programa incluye funciones de teatro al aire libre, cafés-danza, exposiciones y talleres de arte, paseos por el bosque, observación de estrellas, espectáculos de luz y sonido y pícnics al estilo Renoir. Muchas actividades son gratuitas.
Egipto
El destino eterno siempre de moda. A pesar de contar con algunos de los monumentos turísticos más visitados del mundo, viajar a Egipto no cuesta una fortuna y siempre figura entre los destinos con mejor relación calidad-precio. Allí están las enigmáticas tumbas de Luxor, la esencia eterna del Nilo y las imponentes pirámides de Guiza, entre otros muchos atractivos. En el país la historia sigue viva y se suceden nuevos hallazgos de momias cubiertas en oro y ciudades olvidadas, que siguen ocupando titulares en todo el mundo. Tras una larga espera, el Gran Museo Egipcio (en la foto) abrió sus puertas al público en 2023, y muestra los mejores tesoros del país. Además, desde hace años hay líneas aéreas de bajo coste que vuelan a las localidades turísticas de la costa del mar Rojo, refugios de sol y playa para muchos europeos. Los problemas económicos siguen devaluando la moneda, lo cual se traduce en un mayor ahorro para los viajeros extranjeros, pero tiene duras consecuencias para la población egipcia, un tercio de la cual vive en la pobreza. Hay que centrar el gasto en el país, en excursiones con guías locales, alojándose en hoteles pequeños y comprando artesanía y productos de la zona.
Icaria
La isla griega de la longevidad. Entre los miles de islas griegas dispersas en el Mediterráneo oriental hay algunas todavía a resguardo de las avalanchas turísticas. Icaria es un ejemplo. Esta isla conserva un mar aguamarina, un paisaje agreste, un espíritu independiente y una cultura que incluye curiosas casas rupestres y los festivales ‘panagiria’, que parecen fiestas ‘rave’. La isla se llama así por Ícaro, que, según cuenta el mito, se estrelló aquí tras volar demasiado cerca del sol con sus alas pegadas con cera. Pero Icaria es también el lugar donde dicen que nació Dioniso, dios del vino. Ahora se puede recorrer la isla por una carretera costera que la rodea y participar en sus fiestas, con vino, comida y danzas tradicionales. Es buena idea viajar en 2024, en pleno apogeo del festival de verano ‘panagiria’, con fiestas que duran toda la noche, con calles repletas de visitantes y población local. También es el mejor momento para gozar de la tranquilidad de la isla y de su actitud vital, que se traduce en una longevidad extraordinaria: la esperanza de vida de los isleños es de las más altas de Europa (una de cada tres personas vive hasta los 90 años). Parece que su receta mágica se compone de largas siestas por la tarde, mucho té de montaña y legumbres, poco café y poca carne, y una vida sexual sana hasta los 80 años.
Argelia
Un descubrimiento cercano y exótico. A unas tres horas de vuelo desde Europa, Argelia es uno de los destinos cercanos más interesantes para el viajero aventurero. Aquí todavía quedan oportunidades para hacer escapadas nada turísticas en tren, contemplar casi en solitario yacimientos romanos bien conservados y sentirse como el primer descubridor de bellas ciudades históricas, como las ciudadelas en lo alto de las colinas de color pastel del valle de M’Zab, donde se han prohibido los selfis para evitar convertirlas en otro destino de Instagram. Pero el gran protagonista de Argelia es el desierto del Sáhara. Este sobrecogedor paisaje de catedrales rocosas, mares de arena y cañones erosionados se extiende a lo largo de 1.610 kilómetros y alcanza su punto culminante en Tassili N’Ajjer, cuna de la cultura nómada tuareg y una de las grandes colecciones de arte rupestre del mundo. A veces las pegas burocráticas para entrar en el país también parecen prehistóricas, pero este vuelve a ser un lugar seguro para viajar, y quienes lo visiten podrán tener una experiencia asequible, sin multitudes y con algunas de las vistas más espectaculares del continente africano.
Lagos del sur y Otago Central
Los ‘kiwis’ se han vuelto unos fanáticos del ciclismo. Limitados a recorrer el patio trasero de sus casas durante largos meses en la pandemia, ahora pedalean ansiosos por descubrir en toda su extensión su particular paraíso del Pacífico, aprovechando una amplia red de rutas ciclistas. Los lagos del sur y Otago Central (en la foto) son zonas conocidas por sus campos de golf, instalaciones para deportes de invierno y bodegas, pero aquí se pueden practicar también el ciclismo, el senderismo y las excursiones alrededor de los populares enclaves turísticos de los lagos del sur, Queenstown y Wānaka. En esta región de Nueva Zelanda se están abriendo constantemente nuevas rutas ciclistas, se construyen otras nuevas y hay grandes planes al respecto para el futuro. Los neozelandeses están muy al tanto de todo, pero los visitantes internacionales aún no se han hecho una idea. La Queenstown Trail comprende más de 130 kilómetros de rutas ciclistas; Wānaka tiene bellas rutas lacustres; y Otago Central ve cómo se revitalizan pueblos hasta ahora adormilados, como Clyde, al final del recién inaugurado Lake Dunstan Trail, de 55 kilómetros. Dentro de unos pocos años será posible ir en bici desde Queenstown y Wānaka hasta Dunedin, en la costa este, pasando por Otago Central.
Trenes nocturnos
El pequeño placer de viajar lentamente por Europa. Tras décadas de declive, los trenes nocturnos europeos están volviéndose a poner de moda gracias a los viajeros que quieren mantener a raya las emisiones de CO2 y no necesitan ver pasar el mundo a toda velocidad. Hasta hace poco, parecía que los trenes nocturnos europeos iban a desaparecer: las líneas aéreas de bajo coste y los trenes de alta velocidad habían restado encanto a lo de acostarse en un compartimento y dejarse mecer por el traqueteo del tren. Ahora, en la era del turismo sostenible, las cosas están cambiando. La linea Nightjet de los Ferrocarriles Federales Austriacos (ÖBB) lidera el cambio, con nuevas rutas por Centroeuropa (en la foto, uno de sus trenes a su paso por la montaña Saurussel, en los Alpes de Viena). Empresas privadas se suman a la iniciativa: European Sleeper conectará Ámsterdam con Barcelona en un futuro cercano, mientras que la francesa Midnight Trains planea reinventar la experiencia del coche-cama con vagones diseñados como hoteles de lujo. Parece que el Viejo Continente empieza a descubrir el potencial de los trenes nocturnos y el pequeño placer que puede ser dormirse y despertar en un nuevo destino.