Tegucigalpa – En su homilía dominical, el padre Carlo Magno Núñez instó a la población hondureña a cultivar la prudencia como virtud fundamental frente a las dificultades que enfrenta el pueblo. Haciendo referencia a las escrituras, destacó la importancia de ser prudentes y no insensatos en la vida cotidiana.
Explicó que aquellos que son prudentes cuentan con suficiente «aceite» para mantener encendida la llama que ilumina sus vidas, mientras que los insensatos corren el riesgo de quedarse sin aceite y perder la oportunidad de participar en el banquete del Señor.
La metáfora del aceite simboliza la preparación constante para enfrentar los desafíos que puedan surgir en cualquier momento.
El padre Núñez subrayó que la prudencia se manifiesta a través de la capacidad de aplicar la experiencia del pasado al presente, tomando decisiones informadas sobre lo que es correcto, bueno, lícito o ilícito.
Enfatizó que la población debe estar alerta ante cualquier eventualidad en su vida terrenal, ya que el Señor podría llegar en cualquier momento y encontrar a las personas con la «lámpara apagada», es decir, desprevenidas.
Además, resaltó que la prudencia también implica buscar consensos y orientación, algo crucial para el país en el actual contexto. Concluyó señalando que la prudencia va de la mano con la práctica de la justicia y la rectitud, instando a la comunidad a cultivar estas virtudes para enfrentar los desafíos de manera sabia y equitativa.