Se trata de la primera vez que se registran sustancias de productos de aseo personal y bloqueadores solares en Svalbard.
Por DW
Ya no son solo los microplásticos. Un grupo de científicos ha identificado ahora 13 ingredientes presentes en bloqueadores solares y otros productos de aseo personal en la capa de nieve de cinco glaciares del archipiélago de Svalbard (Noruega), en el Ártico.
Se trata de un hallazgo sin precedentes: «Es la primera vez que se detecta la presencia de algunas de estas sustancias químicas en la nieve de Svalbard», explican los autores del estudio publicado en Science of The Total Environment.
En 2021, en las cercanías del asentamiento destinado a la investigación científica Ny-Ålesund, los científicos recogieron 25 muestras de nieve de cinco glaciares, a diferentes profundidades y a lo largo de una distancia de unos 40 kilómetros.
En cuatro de los cinco glaciares muestreados se localizaron concentraciones elevadas de fragancias, filtros BHT, BPA y UV, entre ellos, el benzofenona-3 (BP3) y el octocrileno, más abundantes en la superficie de los glaciares.
«Los resultados revelan la presencia de todos los compuestos seleccionados en la nieve, tanto cerca como lejos del pueblo de investigación de Ny-Ålesund», afirma el estudio.
Contaminación local o por el viento
Los investigadores ven posible que estas sustancias contaminantes hayan sido transportadas a los glaciares por los mismos científicos que habitan Ny-Ålesund. Sin embargo, ellos creen que, lo más probable, es que estos químicos hayan sido arrastrados por los vientos.
En teoría, esto es posible. En Europa, durante los meses de invierno, un contaminante en el aire llamado neblina ártica se acumula y se extiende a través del Círculo Polar Ártico.
«Se observa la relevancia del transporte atmosférico a larga distancia durante el invierno en la mayoría de los lugares e, independientemente de la proximidad a los asentamientos humanos, las concentraciones en la nieve pueden estar influidas por fuentes a larga distancia», señalan los científicos.
La investigación podría ayudar a determinar con mayor precisión de dónde provienen o se encuentran estas sustancias contaminantes, y establecer qué tan nocivas para el medioambiente son, para impulsar mayores y mejores políticas de rastreo y prevención.
Según la reciente investigación, incluso un tipo de contaminante de bajo nivel podría provocar un daño en la zona. Se deberán tomar muestras a mayor escala para determinar realmente el impacto de estas sustancias químicas en el Ártico.