Continúan los ataques a portacontenedores en el Mar Rojo. Se teme que la situación se agrave y pueda causar estragos en las cadenas de suministro y en la economía mundial.
Por DW
Muchas de las crisis económicas mundiales de los últimos años han tenido que ver con las cadenas de suministro. Los bloqueos por la pandemia, la guerra de Ucrania y el aumento general de la inflación han afectado el flujo del comercio mundial y las innumerables piezas del engranaje que lo mantienen todo en marcha.
De 2023 a 2024, ha surgido una nueva amenaza para las cadenas de suministro mundiales en el Mar Rojo. Las mayores compañías de transporte de contenedores del mundo han interrumpido o suspendido sus servicios en la zona debido al creciente número de ataques a buques por parte de los rebeldes hutíes, apoyados por Irán, que operan desde Yemen.
El 1 de enero, Irán envió un buque de guerra al Mar Rojo después de que la Marina estadounidense destruyera tres barcos hutíes un día antes.
Estados Unidos afirma que hundió los tres barcos «en defensa propia» después de que buques hutíes dispararan contra un portacontenedores e intentaran abordarlo antes de que Estados Unidos atacara. La llegada del buque de guerra iraní en respuesta es una señal de posible escalada en una crisis con importantes implicaciones potenciales para la economía mundial.
¿Cuál es la situación?
Los rebeldes hutíesllevan desde noviembre atacando barcos en el Mar Rojo, alegando que actúan en solidaridad con la población de Gaza en medio de los bombardeos israelíes sobre la franja.
Los ataques tienen lugar cerca del estrecho de Bab al-Mandab, entre África y la península arábiga. Se trata de una vía fundamental en el comercio mundial, por la que transitan diariamente algo menos de un tercio de todos los buques portacontenedores del mundo.
Aunque los hutíes afirman tener como objetivo buques relacionados con Israel, desde noviembre han lanzado más de 100 ataques con drones y misiles contra todo tipo de buques que navegan por la vía. El buque atacado el 31 de diciembre está registrado en Singapur y es operado por la empresa danesa Maersk.
Los hutíes son un grupo rebelde islamista chiíta que ha controlado amplias zonas del oeste de Yemen durante la mayor parte de la última década. Fuertemente respaldados por Irán, han intentado arrebatar el control al gobierno de Yemen en la actual guerra civil del país.
El Canal de Suez está situado en la punta septentrional del Mar Rojo y conecta esta vía náutica con el Mar Mediterráneo. Es, con diferencia, la ruta naval más corta entre Europa y Asia. Por él transita alrededor del 12% del volumen del comercio marítimo mundial. Es un punto de tránsito energético especialmente importante, ya que cada día pasan por el canal unos nueve millones de barriles de petróleo.
La tensa situación de seguridad ha llevado a compañías como Maersk, CMA CGM, Hapag-Lloyd y MSC a interrumpir periódicamente sus operaciones en la zona durante las últimas semanas, provocando retrasos y elevando los costos.
La ruta alternativa para los buques que viajan de Asia a Europa alrededor del Cabo de Buena Esperanza añade unas 3.500 millas náuticas (6.482 kilómetros) para un buque que viaje a Europa desde Singapur. Tomar esa opción supone facturas de combustible más elevadas, mientras que los costes de las primas de seguros también han aumentado en respuesta a la crisis.
Implicaciones económicas mundiales
Los riesgos que una escalada del conflicto supone para la economía mundial son significativos. Si la situación se deteriora aún más, los costes de transporte marítimo seguirán disparándose a medida que más y más transportistas opten por el Cabo de Buena Esperanza. El precio del petróleo probablemente se dispararía y la frágil recuperación de la alta inflación se vería amenazada.
Los operadores mundiales afirman que el mayor riesgo es que la crisis siga empeorando y obligue a los buques a desviarse durante largos periodos de tiempo. Un sombrío presagio para la economía mundial en 2024.