Los esfuerzos para luchar contra la corrupción en el sector público flaquearon en todo el mundo en parte debido a “un declive global de la justicia y el Estado de derecho desde 2016”, según un índice sobre corrupción publicado el martes.
Por AP
Transparencia Internacional, que elabora anualmente el Índice de Percepción de la Corrupción, encontró que 23 países — tanto democracias como estados autoritarios — estaban en su peor nivel desde que se comenzó a recopilar información hace casi tres décadas.
“El auge del autoritarismo en algunos países contribuye a esta tendencia, e incluso en contextos democráticos, los mecanismos que que controlan a los gobiernos se han debilitado”, dijo el grupo acerca del deterioro de la justicia.
“La corrupción continuará prosperando hasta que los sistemas judiciales puedan castigar las infracciones y mantener a los gobiernos bajo control”, indicó el presidente de Transparencia Internacional, François Valérian, en un comunicado, agregando que los “líderes deben implicarse totalmente y garantizar la independencia de las instituciones que defienden la ley y atajan la corrupción”.
La organización mide la percepción de la corrupción en el sector público en base a los datos de 13 fuentes, incluyendo el Banco Mundial, el Foro Económico Mundial y empresas privadas de riesgo y consultorías. El resultado es una clasificación con 180 naciones y territorios en una escala que va desde los 0 puntos para un país “muy corrupto”, a los 100 de uno “muy limpio”.
Entre los que están en su nivel más bajo había democracias con puntuaciones relativamente altas como Islandia, Holanda, Suecia y Reino Unido, mientras que naciones autoritarias como Irán, Rusia y Venezuela también bajaron posiciones.
Dinamarca encabezó el índice con la máxima puntuación por sexto año consecutivo, con 90 puntos. Por detrás se situaban Finlandia, con 87, y Nueva Zelanda, con 85. Los 10 primeros puestos de la lista los completaron Noruega, Singapur, Suecia, Suiza, Holanda, Alemania y Luxemburgo.
Las naciones mejor valoradas en Latinoamérica y el Caribe fueron Uruguay, con 73 puntos en el puesto 18; Barbados, que ocupó el 24to con 69 puntos, y Chile, en el 29no con 66.
Estados Unidos, que obtuvo los mismos 69 puntos que el año pasado, ocupaba el 25to.
En el otro extremo, Somalia volvió a ser la peor parada con apenas 11 puntos. Por encima quedaron Sudán del Sur, Siria y Venezuela, con 13 cada una; Yemen con 16, y Guinea Ecuatorial, Haití, Corea del Norte y Nicaragua, con 17.
El promedio global se mantuvo en 43 por 12mo año consecutivo, y más de dos tercios de los países obtuvieron menos de 50 puntos.
El reporte expresó su preocupación por la “opacidad y la influencia indebida” en los sistemas judiciales en América Latina y el Caribe y halló “poco o ningún avance” para frenar la corrupción en la región de Asia-Pacífico.
La puntuación media de las naciones árabes alcanzó su mínimo histórico con 34 puntos, mientras que la de África Subsahariana se mantuvo en 33.
Incluso en Europa Occidental y en la Unión Europea, la región con mejores resultados, Transparencia Internacional detectó que la “escasa rendición de cuentas y la corrupción política están socavando la confianza pública y permitiendo que grupos de interés ejerzan un control excesivo sobre la toma de decisiones políticas”.
Además, apuntó a las “deficiencias de los sistemas judiciales” en Polonia, con una puntuación de 54, y en Hungría, con 42.
Sobre Polonia, el informe destacó que “esfuerzos sistemáticos” del antiguo partido gobernante “por monopolizar el poder a expensas del interés público”. Aunque reconoció el compromiso del nuevo ejecutivo para defender el Estado de derecho, afirmó que el gobierno saliente sigue ejerciendo una “influencia considerable” sobre el poder judicial.
Ucrania, con una puntuación de 36, continuó su mejoría por 11mo año a pesar de la invasión rusa, centrándose en las reforma de su sistema judicial, que es crucial en su intento por ingresar en la UE. Pero el reporte apuntó que “la existencia de una cantidad significativa de casos de corrupción de alto nivel continúa siendo muy preocupante”.
La puntuación de Rusia bajó a 26, lo que según Transparencia Internacional se debe a que el “onmipresente control (gubernamental) de las instituciones públicas facilita los abusos de poder generalizados sin rendir cuentas” mientras que erosiona la independencia judicial.