Los Estados miembros deben detener temporalmente las exportaciones de armas a países distintos de Ucrania, ha asegurado el lunes Josep Borrell, quien ha pedido a los gobiernos que tomen una «decisión política» y refuercen el suministro de municiones.
Por Euronews
«No sólo tenemos que apoyar a Ucrania durante el tiempo que haga falta, sino para lo que haga falta. (No es) sólo una cuestión de tiempo, sino de cantidad y calidad de nuestros suministros», ha asegurado el responsable de Política Exterior durante una visita oficial a Varsovia. «Y realmente tenemos que hacer más y [hacerlo] más rápido porque Ucrania tiene que prevalecer», ha apuntado Borrell.
La Unión Europea aprobó en marzo del año pasado un plan de 2.000 millones de euros para impulsar las entregas de munición a Ucrania. Además, se comprometió a enviar un millón de proyectiles de 155 mm en un plazo de 12 meses para ayudar al maltrecho país a defenderse de la invasión a gran escala de Rusia.
Pero a finales de 2023, el bloque sólo había suministrado 330.000 proyectiles, a pesar de las reiteradas peticiones de Kiev. Se espera que la cifra alcance los 520.000 a finales de marzo.
La lentitud de las entregas se achacó inicialmente a los cuellos de botella industriales, las interrupciones de la cadena de suministro y la lentitud de las inversiones, consecuencia directa de los años de paz que disfrutó Europa tras el final de la Guerra Fría.
Sin embargo, según Borrell, la capacidad industrial ya no es un obstáculo: lo que dificulta las entregas a Ucrania es el hecho de que las empresas europeas exportan armas a clientes que no están en guerra.»Una parte importante de nuestra producción se está exportando a terceros países», ha dicho el político, sin nombrar los destinos.
«La forma más rápida, barata y (más) eficaz de aumentar nuestro suministro de munición a Ucrania es dejar de exportar a terceros países. Y esto es algo que sólo pueden hacer los Estados miembros, y ésta ha sido mi petición», ha apuntado el Alto Representante.
Borrell ha señalado que, además de los 520.000 proyectiles de artillería que se prevé donar hasta marzo, las empresas europeas también estaban vendiendo armas a Ucrania «sobre una base comercial» y en «grandes cantidades», aunque no facilitó cifras por «razones de seguridad».
«No crean que sólo hay donaciones. Nuestra industria produce para donar y produce para vender, y produce para vender a otros», ha insistido Borrell. «Así que la mejor manera de vender más a Ucrania, o de donar más a Ucrania, es intentar decir a los demás [clientes] -‘por favor, esperad, no estáis en guerra, podéis esperar unos meses’- y desviar esta producción a Ucrania», ha proseguido.
«Es una decisión política que tienen que tomar los Estados miembros», ha explicado Borrell. El control de las exportaciones es una competencia muy delicada que queda estrictamente en manos de los gobiernos. Sólo en caso de sanciones puede Bruselas imponer normas uniformes. Por lo demás, los países son libres de permitir -o prohibir- que sus empresas nacionales exporten productos sensibles fuera del bloque.
Según una estimación anterior de la Comisión Europea, 11 Estados miembros albergan fábricas que pueden producir proyectiles de 155 mm: Alemania, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, España, Francia, Grecia, Italia, Polonia, República Checa y Suecia.
No está claro cuántos de estos países responderán a la llamada de Borrell y restringirán las exportaciones, dados los copiosos ingresos que la industria de defensa puede cosechar en los mercados mundiales.
«Apoyo completamente» la propuesta de Borrell, ha declarado Radosław Sikorski, ministro de Asuntos Exteriores de Polonia, durante la visita. «Ucrania sigue estando superada por los rusos en el frente y tenemos que ayudar a nivelar la balanza».
Impulsar los suministros militares a Ucrania se ha convertido en una prioridad acuciante en Bruselas ante el prolongado estancamiento legislativo en Washington, donde el presidente Joe Biden está suplicando a los republicanos que desbloqueen nuevas ayudas a Kiev.
Borrell presentó el año pasado un ambicioso plan de 20.000 millones de euros para proporcionar a Ucrania un apoyo militar «sostenible y predecible», pero el proyecto se desvaneció rápidamente. Más recientemente, propuso una ampliación de 5.000 millones de euros del Fondo Europeo para la Paz, el sistema extrapresupuestario que compensa parcialmente a los Estados miembros por las armas donadas. La idea está siendo objeto de intensas negociaciones y se espera su resultado en las próximas semanas.