Tegucigalpa – El gobierno salvadoreño ha expresado su descontento ante su contraparte hondureña por la ratificación del Tratado Bicentenario, un acuerdo suscrito con Nicaragua que establece de manera definitiva las fronteras terrestres y marítimas en el Caribe y en el Océano Pacífico entre Tegucigalpa y Managua, reveló este martes el canciller Eduardo Enrique Reina.
La reciente ratificación por parte del Congreso de Honduras del Tratado Bicentenario ha dado paso al reconocimiento de los derechos del país en el Océano Pacífico, tal como lo dictaminó la Corte Internacional de Justicia (CIJ) con sede en La Haya, en el conflicto con El Salvador.
El Tratado Bicentenario, firmado por el entonces presidente Juan Orlando Hernández y Daniel Ortega de Nicaragua, otorgó a Honduras su soberanía sobre 3,168 millas marítimas en la bocana del Golfo de Fonseca, permitiendo así una salida soberana al Pacífico.
Durante mucho tiempo, tanto El Salvador como Nicaragua argumentaron que Honduras no tenía salida al Pacífico.
Tras la firma del Tratado Bicentenario, Honduras ha asegurado su acceso al Pacífico y ahora deberá negociar con El Salvador la parte correspondiente a la bocana del Golfo, según indicó el canciller Reina.
El gobierno hondureño se encuentra elaborando una respuesta a la nota de protesta presentada por El Salvador. El borrador de la respuesta está listo, pero aún debe ser revisado por diversas instancias del Ministerio de Relaciones Exteriores para asegurar su precisión antes de ser presentado al gobierno salvadoreño.
Una vez que el Tratado Bicentenario sea publicado en La Gaceta, se procederá al intercambio del instrumento con Nicaragua, se realizarán ajustes técnicos y se depositará ante la Secretaría General de las Naciones Unidas para que sea reconocido como un instrumento internacional.
El canciller Reina enfatizó que resolver las diferencias territoriales permite a Honduras concentrarse en el desarrollo del Golfo de Fonseca, así como en el desarrollo general del país.
