Tegucigalpa – El Departamento de Estado de Estados Unidos ha publicado su informe anual sobre la situación de los derechos humanos en Honduras para el año 2023, y los hallazgos son preocupantes. Destacan abusos relacionados con el estado de excepción, así como la grave corrupción gubernamental que sigue prevaleciendo en el país.
El informe resalta múltiples áreas de preocupación, incluida la libertad de expresión, la corrupción gubernamental, la debilidad del poder judicial y la persecución a activistas comunitarios y de la diversidad sexual, entre otros aspectos.
Particularmente alarmantes son las denuncias de prácticas de tortura, tratos inhumanos y degradantes por parte de las fuerzas de seguridad, que han captado la atención del Departamento de Estado de los Estados Unidos.
El informe revela que se reportaron numerosos casos de presunta tortura, tanto por el Comisionado de los Derechos Humanos como por el Ministerio Público y el Conaprev.
Las detenciones arbitrarias, especialmente durante el estado de excepción, también son motivo de preocupación, al igual que la impunidad generalizada que prevalece en el sistema de justicia, incluso para los miembros de las fuerzas de seguridad.
La corrupción en el gobierno también es un tema destacado en el informe, con casos documentados de funcionarios involucrados en prácticas corruptas sin consecuencias legales significativas.
Además, el informe señala problemas en el sistema de justicia penal, incluidas detenciones preventivas prolongadas debido a la ineficiencia judicial. La falta de un Poder Judicial independiente y eficaz también es un motivo de preocupación, con informes de intimidación, corrupción y politización en el sistema judicial.
La situación de la sociedad civil también es motivo de preocupación, con altos funcionarios del gobierno criticando a los miembros de la sociedad civil y de la comunidad internacional, lo que ha tenido un efecto paralizante sobre la libertad de expresión.
Además, se informa sobre casos de acoso, represalias y auto censura por parte de periodistas, defensores de derechos humanos y miembros de la sociedad civil.
En resumen, el informe destaca una serie de problemas graves en materia de derechos humanos en Honduras, que requieren una atención urgente por parte del gobierno y la comunidad internacional.