La decisión abre la puerta a la reelección indefinida del presidente, algo no contemplado hasta ahora en el país centroamericano.
Por El País
En cuestión de horas, los diputados fieles a Bukele podrán cambiar a placer cómo se gobierna El Salvador en distintos flancos, pero en especial abrir la puerta de la reelección indefinida al popular mandatario, algo que, por ahora, no contempla la máxima norma.
La reforma del artículo 248 no figuraba en el orden del día de la última sesión de la legislatura saliente. Sin embargo, los parlamentarios leales a Bukele interrumpieron la sesión para modificar la agenda. Fue el diputado Rodrigo Ayala quien presentó la moción y pidió la reforma al artículo constitucional bajo “dispensa de trámite”, un mecanismo para aprobar leyes sin consultar, y que ha sido frecuentemente utilizado en los últimos tres años por la aplanadora de Nuevas Ideas para satisfacer los designios de Bukele.
Hasta este 29 de abril, el artículo 248 constituía uno de los candados centrales de la Constitución Política salvadoreña para salvaguardar el balance de poderes, y el mismo establecía que no debía ni podía modificarse. La única manera de realizar una reforma constitucional era la siguiente: que una legislatura aprobara la reforma, luego abrir un proceso de consulta popular para ratificarla y, por último, que una segunda legislatura aprobase los cambios. No obstante, ese candado fue quebrado por Nuevas Ideas este lunes.
Los diputados también violaron la jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional, ya que no presentaron ni promocionaron ante la ciudadanía estos cambios; ni mucho menos hablaron al respecto durante la campaña electoral realizada entre octubre de 2023 y febrero de 2024. Para la ONG Acción Ciudadana, la actual normativa es “uno de los frenos y contrapesos que existen en el sistema político”, el cual busca “preservar a la misma Constitución y proteger los derechos de la población ante abusos de mayorías legislativas coyunturales”.
A partir de esta inédita reforma, la Constitución salvadoreña se podrá modificar en “una misma legislatura con tres cuartas partes de los diputados electos (45 de 60)”. Nuevas Ideas logró 54 de los 60 diputados en las elecciones del 4 de febrero pasado. Se trató de un proceso cuestionado no solo por el recuento de votos realizado ante el fallo del sistema de transmisión de datos, sino que antes de asistir a los comicios, Bukele firmó un decreto exprés aprobado por el Congreso para reducir los escaños de 84 a 60, bajo un cálculo que benefició a su agrupación política.
Con el Parlamento dominado casi en su totalidad, Bukele tendrá la potestad a través de sus diputados de reformar todas las veces que quiera la Constitución Política, como si se tratara de una norma secundaria. De modo que el oficialismo podrá alargar la duración de los períodos de cualquier funcionario público en el poder, suprimir derechos ciudadanos (como lo han venido haciendo de facto con las prórrogas del régimen de excepción) o allanar el camino a Bukele para la reelección indefinida.
La reelección es una tentación que Bukele ya empezó a transitar desde septiembre de 2021, cuando la Sala de lo Constitucional avaló su reelección inmediata, sin importar que la sentencia contravenía la Carta Fundamental. Se trató de una medida similar a la que usaron Juan Orlando Hernández en Honduras y Daniel Ortega en Nicaragua para atornillarse en el poder.
En ese sentido, Bukele ha seguido a paso acelerado el ejemplo del mandatario sandinista: la aplanadora orteguista aprobó en 2014 una reforma constitucional que le daba la reelección indefinida al caudillo sandinista. Aunque la reelección indefinida de Bukele es una probabilidad que toma más fuerza con la prerrogativa de modificar la Constitución a placer, en las filas de Nuevas Ideas esa es una pretensión que se perfila como próxima a consumar.
El youtuber y exmagistrado del Tribunal Supremo Electoral Walter Araujo dijo que la reelección indefinida era un conjunto de “reformas imprescindibles del sistema político” salvadoreño. “Hay que regular, de una vez por todas, el tema de la reelección presidencial, iniciar un nuevo ciclo de ejercicio de la presidencia y dejarlo plasmado con toda claridad: una, dos, tres o hasta que la gente quiera”, sostuvo el propagandista, en referencia al fallo de la Sala de lo Constitucional que habilitó a Bukele para postularse bajo el alegato que le “compete al pueblo decidir”.
La diputada Claudia Ortiz, del partido de oposición Vamos, criticó a los legisladores del oficialismo y los acusó de estarse “autorrecetando poder” y de “quitarle cualquier límite al poder”. “Debería darles vergüenza porque esto constituye una traición al pueblo (…). Nos rige el antojo y capricho de un grupo que está en el poder”, afirmó.
Por su parte, la diputada Marcela Villatoro, del partido opositor Alianza Republicana Nacionalista (Arena), advirtió en la sesión del Congreso que este cambio buscaría “reformas exprés” a la Constitución: “No es justo querer cambiar las reglas del juego a última hora”. Sin embargo, todas las críticas de los opositores fueron minimizadas por los diputados de Nuevas Ideas.
“No le estamos quitando nada a la Constitución”, sostuvo Christian Guevara, jefe de fracción de Nuevas Ideas. “Presentamos esta reforma a la Constitución para añadir rigidez; no estamos quitándole nada al artículo, sino añadiéndole un candado más”, agregó por su parte la diputada Ana Figueroa.
El diario El Faro, uno de los más prestigiosos de El Salvador y el más vilipendiado por el bukelismo, recordó que en la historia salvadoreña muchos cambios constitucionales que propuso una legislatura fueron bloqueados por los diputados de la siguiente Asamblea, “debido precisamente al procedimiento que dictaba el artículo 248″.
“En algunos casos, se usó el mismo método que usaron esta vez los diputados de Bukele: aprovechar las semanas entre una elección y la toma de posesión para promover reformas, aprovechando la configuración favorable de la Asamblea venidera. El 30 de abril de 2005, por ejemplo, la Asamblea aprobó una reforma constitucional que prohibía el matrimonio civil entre personas del mismo sexo, pero el cambio en la Constitución no entró en vigor debido a que la legislatura 2006-2009 no ratificó ese acuerdo que había propuesto el diputado del PDC Rodolfo Parker”, publicó El Faro.