Un estudio evidenció que la exposición a la luz artificial emitida por la tele podría causar un incremento en la frecuencia cardíaca y una mayor resistencia a la insulina en adultos.
Por Infobae
La Universidad de California ha desvelado los resultados de su estudio sobre el impacto de dormir con la televisión encendida y la luz artificial en la salud humana, tras llevar a cabo un estudio exhaustivo.
En esta investigación participaron 20 adultos sanos, de edades comprendidas entre los 18 y 40 años, quienes fueron expuestos a distintos niveles de luz durante sus horas de sueño.
Los investigadores revelaron que la exposición a la luz moderada, con una intensidad de 100 lux (unidad de luminancia), durante el periodo de descanso nocturno provocó un notable incremento en la frecuencia cardíaca y una mayor resistencia a la insulina al día siguiente.
Estos hallazgos fueron comparados con aquellos que durmieron en un entorno con luz tenue de apenas 3 lux. Estos hallazgos destacan los peligros que la luz artificial podría acarrear durante el sueño.
Sumado a ello, el estudio también evidenció que la luz intensa interfiere de manera significativa con la producción de melatonina, una hormona crucial para la regulación del sueño y la protección de la salud cardiovascular.
La melatonina desempeña un papel fundamental al indicarle al cuerpo cuándo es momento de dormir y cuándo de despertar, actuando en sincronía con el ritmo circadiano. Esta interrupción podría tener graves repercusiones para la salud a largo plazo.
Diversas investigaciones anteriores ya habían arrojado vínculos entre la exposición a la luz artificial y un aumento del riesgo de desarrollar obesidad y trastornos metabólicos, con un impacto particular en las mujeres.
Este fenómeno se atribuye a la alteración del metabolismo que produce la interrupción del ciclo de sueño debido a la luz artificial del TV.
La Sociedad Española de Neurología (SEN) ha emitido advertencias sobre la gravedad de los trastornos del sueño que quedan sin diagnóstico, indicando que una proporción importante de estos casos son crónicos y de severa gravedad.
A pesar de la seriedad de estos trastornos, menos de un tercio de los afectados busca ayuda profesional, subrayando la importancia de abordar esta problemática de manera más efectiva.
Para promover un sueño saludable, los especialistas recomiendan varias medidas. Entre ellas, eliminar cualquier fuente de luz artificial en la habitación destinada al descanso es primordial.
Apagar la televisión, cerrarlas cortinas para bloquear la luz exterior, y evitar el uso de dispositivos electrónicos antes de acostarse son pasos esenciales para crear un entorno propicio para el sueño.
Se aconseja mantener un horario regular para acostarse y levantarse, incluso durante los fines de semana. La consistencia en los horarios ayuda a mantener el ritmo circadiano del cuerpo alineado, facilitando un sueño más profundo y reparador.
También es beneficioso consumir cenas ligeras y evitar ingerir cafeína y alcohol antes de ir a dormir, ya que estas sustancias pueden interferir con el sueño.
Algunas prácticas recomendadas incluyen leer un libro, tomar un baño caliente, o realizar ejercicios de relajación y meditación antes de acostarse. Estas actividades ayudan a disminuir el estrés y preparan al cuerpo y la mente para una noche de descanso reparador.
El ejercicio físico regular también es crucial para mantener un buen estado de salud general y un sueño de calidad. No obstante, se recomienda evitar la actividad física intensa justo antes de acostarse, ya que podría tener efectos contraproducentes y dificultar el sueño.
Los descubrimientos de la Universidad de California ponen de relieve la importancia de prestar atención al entorno de sueño y adoptar hábitos que contribuyan a un descanso saludable y reparador, ayudando así a prevenir problemas de salud a largo plazo.