Tegucigalpa – Heidy Diaz Villanueva, destacada nutricionista, junto con la ONG canadiense «Escuelas de Esperanza», ha evaluado el estado nutricional de 421 preescolares en 12 centros educativos de Tegucigalpa, Francisco Morazán, revelando que 97 niños sufren de malnutrición.
Este problema se manifiesta de diversas formas: 19 niños presentan baja talla para su edad, 5 tienen bajo peso, 24 están en riesgo de sobrepeso, 37 tienen sobrepeso y 12 padecen obesidad.
Esta iniciativa surge en respuesta a datos alarmantes del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) que en 2023 reportó que tres de cada diez niños en Honduras enfrentan problemas de malnutrición, reflejando una crisis de sobrepeso, obesidad o desnutrición.
Villanueva subraya que la malnutrición no es solo un problema médico sino que está fuertemente influenciada por factores socioeconómicos como la pobreza y el acceso limitado a la educación, que restringen la disponibilidad de alimentos nutritivos.
Los hábitos alimenticios pobres y las enfermedades crónicas también contribuyen a la malnutrición, afectando la absorción y utilización de nutrientes necesarios, debilitando el sistema inmunológico de los niños.
Además, problemas psicológicos como el estrés y la ansiedad familiar pueden disminuir el apetito y alterar los hábitos alimenticios.
Ante esta situación, Villanueva insta a los padres a fomentar hábitos alimenticios saludables en el hogar, especialmente porque la infancia es una etapa crucial para modelar comportamientos a largo plazo. Sugiere aumentar el consumo de agua, frutas y verduras, y limitar los alimentos procesados y las comidas rápidas.
Respecto a los costos de consultas nutricionales, que pueden ser prohibitivos para muchas familias, especialmente en zonas rurales donde oscilan entre 600 y 800 lempiras, y en la capital, donde pueden llegar hasta 1,500 lempiras, Villanueva destaca la importancia de la solidaridad en su práctica, ofreciendo a veces consultas gratuitas a través de la ONG para ayudar a las familias más necesitadas.
Villanueva concluye enfatizando la importancia de enseñar y promover hábitos saludables tanto en las escuelas como en los hogares, para asegurar una infancia más saludable y un futuro con menos enfermedades en Honduras.
