Tegucigalpa, Honduras. – El Consejo Nacional Anticorrupción (CNA) ha lanzado una seria advertencia sobre la creciente concentración de poder en Honduras, beneficiando solo a un pequeño grupo y perpetuando una burocracia dominada por relaciones nepotistas, según revela su último informe titulado “Redes estratégicas de concentración de poder”.
El estudio destaca un alarmante incremento del 109.9% en el número de personas con vínculos familiares dentro del gobierno, subiendo de 55 a 115 individuos en 47 diferentes instituciones estatales en tan solo un año.
Este fenómeno no solo se ha detectado en entidades menores; también afecta a altos niveles de gobierno, incluyendo la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional, donde nueve personas están vinculadas por lazos de sangre o matrimonio.
Entre los ejemplos más notorios, el informe señala a la familia Zelaya Castro, con 12 miembros empleados en el sector público. Esta cifra incluye a seis que asistieron a una importante conferencia sobre cambio climático en Dubái, destacando a la esposa e hijos del diputado Carlos Armando Zelaya Rosales.
El nepotismo alcanza también al sector judicial y ejecutivo, con los Moncada-Godoy y los Flores-Dubón ubicando a varios familiares en posiciones clave. Estas prácticas no solo suponen un costo económico significativo, sino que también privan de oportunidades a ciudadanos calificados que no tienen conexiones políticas.
Gabriela Castellanos, directora ejecutiva del CNA, criticó duramente estas prácticas durante la presentación del informe: “El nepotismo se ha romantizado y es una burla para aquellos que se esfuerzan académicamente y buscan oportunidades que son inalcanzables si no pertenecen al círculo político de Libre”.
Según Castellanos, el costo de estos salarios nepotistas es exorbitante, sobrepasando los 80 millones de lempiras anuales, sin contar otros beneficios adicionales.
El CNA propone una nueva “Ley contra el nepotismo en Honduras” para combatir efectivamente esta problemática, instando a una reestructuración que priorice la capacidad y mérito sobre los lazos familiares y partidistas.