La geopolítica global se ha complicado enormemente y en varios aspectos se han ido creando dos bloques progresivamente enfrentados. Hay países con los cuales las relaciones con los países democráticos son directamente antagónicas y eso incluye principalmente a Rusia, Corea del Norte e Irán.
Especial de Laszlo Beke
El caso de China es muy particular, ya que existen diferencias políticas y se están creando infraestructuras tecnológicas paralelas, pero ambos lados se necesitan comercialmente. Por esa razón, es importante conocer mejor a China y una de las áreas es la del aspecto científico. El antiguo orden científico, dominado por Estados Unidos, Europa y Japón está llegando a su final. Hoy en día, China lideriza en química y ciencias de la tierra y del ambiente. Estados Unidos y Europa todavía mantienen liderazgo significativo en biología y en las ciencias de la medicina. No está garantizado que en esas áreas donde Estados Unidos y Europa todavía tienen el liderazgo, este se mantenga. Ingeniería es la disciplina fundamental en el período moderno de China. Esto tiene que ver con su énfasis en tecnología militar y con aquello que se requiere para desarrollar una nación. El crecimiento de la calidad y la cantidad de las ciencias en China no tiene visos de frenarse pronto. La realidad es que los avances de China la ubican hoy en día como una superpotencia científica, con sus fortalezas y debilidades. En Occidente, el área privada tiene un peso propio e importante.
La inversión en ciencias y tecnología continúa creciendo, pero la investigación aplicada es la fortaleza de China. En lo que respecta a investigaciones básicas impulsadas por curiosidad (en lugar de aplicadas) a China todavía le falta mucho. China produce más patentes que cualquier país, pero muchas son retoques incrementales a los diseños, a diferencia de invenciones verdaderamente originales. También, los nuevos desarrollos tienden a propagarse y adoptarse más lentamente en China que en Occidente. Pero, una fuerte base industrial combinada con energía barata, les permite girar con mayor facilidad hacia la producción en gran escala de innovaciones físicas como materiales.
El foco de la ciencia china
La reconfiguración de las ciencias chinas han sido el resultado de focalizarse en tres áreas: dinero, equipos y gente. En términos reales, la inversión china en investigación y desarrollo ha crecido 16 veces desde el año 2000, pero sigue estando un 20% por debajo de Estados Unidos. En cuanto a inversiones en universidades e instituciones gubernamentales está ligeramente por delante de Estados Unidos. En esos espacios, Estados Unidos invierte 50% más en investigación básica, pero China lo hace fuertemente en investigación aplicada y en desarrollo experimental. En China, los fondos son meticulosamente dirigidos hacia áreas estratégicas. El plan actual, publicado en 2021, busca impulsar investigación en tecnologías cuánticas, neurociencia, genética y biotecnología, medicina regenerativa y exploración de “áreas fronteras” como el espacio profundo, los océanos profundos y los polos de la Tierra.
La creación de universidades e instituciones del estado de clase mundial han sido parte del plan de desarrollo científico chino. También ha sido una prioridad la fuerza de trabajo. En 2022 las universidades chinas graduaron a 1,4 millones de ingenieros, siete veces más que Estados Unidos. Entre 2000 y 2019, más de 6 millones de estudiantes chinos salieron a estudiar al extranjero, donde recientemente más científicos chinos han estado retornando que saliendo. Muchos de aquellos que han regresado lo han hecho respondiendo a incentivos. Simultáneamente, los científicos chinos en el extranjero han estado bajo sospecha en los años recientes. En 2018, Estados Unidos lanzó un programa poco exitoso que intentó eliminar los espías chinos en la industria y en la academia.
China también ha invertido en equipamiento, Ya en 20119 tenían un envidiable inventario de hardware, incluyendo súper computadoras, el radio telescopio de apertura-rellena más grande del mundo y un detector de materia-oscura bajo tierra. La lista ha continuado creciendo y los laboratorios individuales de las principales instituciones están bien equipados.
Indicadores científicos
Los científicos chinos recientemente han ganado la ventaja en dos indicadores globales muy importantes en las ciencias de alta calidad. Una forma de medir la calidad de la investigación en un país es a través del número de papers de alto impacto producidos anualmente. En 2003, Estados Unidos producía 20 veces más papers de alto impacto que China. A partir de 2020, China ha superado tanto a Estados Unidos como a Europa en este rubro. Los científicos tienen formas de aumentar artificialmente dichas cifras; sin embargo, China también lidera en otros indicadores menos propensos a ser burlados. Está en el tope en Nature, que se basa en artículos que aparecen en publicaciones prestigiosas. De acuerdo al Leiden Ranking del volumen de producción de investigación científica, ahora hay seis universidades o instituciones chinas dentro de las diez primeras en el mundo y siete en el Nature Index. Tsinghua es la primera universidad científica y de tecnología en el mundo. Aun cuando es cierto que China produce trabajos de alta calidad, China también continúa generando una inmensa cantidad de ciencia de baja calidad. En promedio los papers chinos tienden a tener menor impacto. Los incentivos para producir papers han creado un mercado de publicaciones científicas falsas.
El reto internacional
El crecimiento de las ciencias chinas es una espada de doble filo para Occidente. Por un lado, el sistema científico chino está inextricablemente ligado al estado y a las fuerzas armadas. China ha sido acusada de robo de propiedad intelectual y las restricciones en aumento han estado dificultando la extracción de data desde China. También están los casos de investigadores chinos irrespetando los estándares éticos de investigadores occidentales. A pesar de estas inquietudes, siguen siendo comunes las colaboraciones chinas con investigadores occidentales. Un tercio de los papers en telecomunicaciones de autores estadounidenses incluyen colaboradores chinos. En imagenología, teledetección, química aplicada y geología la cifra está en 25%-30%. Los números en Europa son más bajos, 10% pero significativos. Estas alianzas son beneficiosas para ambos lados, pero en Estados Unidos y Europa existe presión política para limitar la colaboración con China y también desde China se nota un interés en voltearse a lo interno.
La opinión de la mayoría de los científicos en China y Occidente es que la investigación debería continuar e incluso crecer. Cerrar las puertas a estudiantes y científicos chinos podría ser muy complicado para las ciencias en Occidente, por cuanto los investigadores chinos son la columna vertebral de muchos departamentos en las principales universidades de Estados Unidos y Europa. Asimismo, el modelo occidental de las ciencias depende de una enorme cantidad de estudiantes, muchos internacionales, para realizar la investigación cotidiana.
Muy pocos elementos sugieren que China como gigante científico dejará de crecer. Es posible que los problemas económicos de China ralenticen la inversión en investigación y China sufrirá si fuera aislada de la comunidad científica internacional. Pero, ninguna de esas dos condiciones luce inminente