Tegucigalpa – La Secretaría de Niñez, Adolescencia y Familia (SENAF) ha dado a conocer cifras alarmantes sobre la situación del trabajo infantil en Honduras, destacando la magnitud de esta profunda injusticia social y económica que afecta al país.
Esta es la primera vez que se presentan datos reales y detallados sobre el tema.
La información fue recopilada gracias a una encuesta especializada realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) en colaboración con la SENAF, la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social (STSS), la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y Visión Mundial.
La encuesta se llevó a cabo en los 18 departamentos del país entre marzo y noviembre de 2023, abarcando una muestra de niños y niñas de entre 5 y 17 años de edad.
Los resultados de la encuesta revelaron que 207,388 niños y niñas están involucrados en trabajo infantil en las esferas económica y doméstica, mientras que 342,180 menores trabajan en la esfera económica productiva. En total, se estima que 549,568 menores se encuentran en situación de trabajo infantil en Honduras.
Dos factores principales perpetúan este problema: los históricos y los socioeconómicos. Entre ellos se incluyen la pobreza persistente, la extrema desigualdad social, la falta de acceso a una educación de calidad, normas culturales y sociales opresivas, políticas gubernamentales insuficientes y la corrupción sistemática.
Para abordar esta problemática y reducir el número de menores en situación de trabajo infantil, se requiere un enfoque integral que involucre tanto al sector público como al privado, así como a la sociedad civil.
Es crucial una distribución equitativa de la riqueza del país y el fortalecimiento de las políticas públicas y la legislación en favor de los niños y niñas.
Garantizar una educación de alta calidad en todo el territorio hondureño es esencial, aunque actualmente muchas escuelas están en condiciones deplorables.
La erradicación del trabajo infantil es una tarea sumamente difícil, especialmente considerando la indiferencia de las autoridades ante una problemática que afecta al sector más vulnerable de Honduras: los niños y niñas que, en lugar de disfrutar de su infancia, deben trabajar para ayudar a sus familias a sobrevivir.