Tegucigalpa — Oswaldo Ramos Soto, una figura emblemática de la política hondureña y respetado ex presidente de la Corte Suprema de Justicia, falleció este viernes a los 77 años debido a complicaciones cerebrovasculares en un hospital de Tegucigalpa.
La noticia de su deceso ha resonado a través de todo el espectro político, marcando el fin de una era de servicio dedicado al país en varias capacidades.
Ramos Soto, quien también se desempeñó como rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) y mantuvo un rol significativo en el Congreso Nacional como diputado por el Partido Nacional desde 2006 hasta 2022, fue recordado por sus colegas y compatriotas como un líder visionario y un defensor de la justicia.
Durante su presidencia en la Corte Suprema de Justicia de 1990 a 1992, Ramos Soto dejó una huella imborrable en el sistema judicial del país, promoviendo reformas y manteniendo un compromiso con la legalidad y el orden.
Su carrera política también incluyó un intento presidencial en 1989, antes de apoyar a Rafael Leonardo Callejas, quien eventualmente ganaría las elecciones.
Tomás Zambrano, líder de la bancada del Partido Nacional, expresó su pesar diciendo: “Estamos profundamente dolidos, perdimos a un gran hondureño, político y padre de familia. Honduras está de luto por un hombre que ha sido un pilar de nuestra historia”.
Figuras de diversos partidos políticos han expresado su respeto y admiración por la trayectoria de Ramos Soto, destacando su integridad y su compromiso con los principios democráticos. Su legado en el ámbito legal y político deja un vacío que será difícil de llenar.
El funeral de Ramos Soto se llevará a cabo en los próximos días, donde se espera una considerable congregación de dignatarios, familiares, amigos y ciudadanos agradecidos, que desean dar el último adiós a un verdadero estadista.