A días de dar a luz, la duquesa de Sussex, Meghan Markle, no para de sumar «enemigos». Una decisión reciente molestó mucho a los empleados de su nueva casa y ellos le respondieron poniéndole un nuevo apodo, que no tiene nada contento al príncipe Harry.
Ahora que vive en Frogmore Cottage, en los terrenos de Windsor, Markle ordenó eliminar los estacionamientos para trabajadores, según reveló el medio británico The Sun. De acuerdo al mismo medio, el viejo estacionamiento tiene vista a su nuevo hogar, y eso no le gusta a Markle.
Si bien la decisión tuvo la aprobación de Harry, desató la furia de los empleados, quienes desde hace años se estacionan allí, y ahora deberán ubicarse lejos de su lugar de trabajo.
Además, el lugar donde deberán estacionarse ahora no es gratuito, por lo que deben pagar 10 libras esterlinas diarias, es decir 13 dólares.
Por esto, los empleados de la duquesa le han dado el nuevo apodo NIMBY, el abreviado de «Not in Meghan’s back yard», es decir «No en el patio trasero de Meghan».
Este no es el primer apodo de la duquesa de 37 años. Hace solo un par de semanas trascendió que el personal del Palacio de Kensington la llamaba «Me-Gain», un juego de palabras que podría traducirse como «yo gano», haciendo alusión a su fama de mujer ambiciosa y a la frase del príncipe Harry: «Lo que Meghan quiere, lo tiene».
El anuncio que puso a la prensa en su contra
La prensa también está siendo muy dura con la ex actriz estadounidense y le dejaron en claro que no le perdonan que mantenga en secreto el nacimiento de su bebé.
El enojo de los medios locales fue a partir del anuncio de los duques de Sussex que decidieron mantener el nacimiento de su primer hijo «en privado» y no mostrarse con el bebé en público. Todo un contraste con los nacimientos de los tres hijos de los duques de Cambridge, cuyos bebés fueron mostrados al público casi inmediatamente.
«Sus Altezas Reales han tomado una decisión personal de mantener en privado la llegada de su bebé», expresó el Palacio de Kensington.
The Sun, el diario de mayor circulación en Reino Unido, señaló que la decisión del príncipe y su esposa infringen sus «derechos reales».
«Mantener a la nación en la oscuridad sobre los detalles, incluso después del nacimiento, le da una mala imagen a la pareja real«, expresó en su editorial del pasado 12 de abril. «El repentino deseo de privacidad proviene de un duque y una duquesa muy felices de disfrutar la vida como miembros de la realeza a tiempo completo» .
Y le aclaran que su casamiento de 30 millones de libras, la renovación de 3 millones de libras de su nueva casa de diez habitaciones en Frogmore Cottage, y los casi 300 mil libras de su baby shower en Nueva York fueron financiados por las personas a las que ahora quieren ocultarle la llegada del bebé.
Los medios argumentan que si Markle quisiera privacidad, no debería haberse casado con un príncipe. «Quieren privilegios reales, contribuyentes que desembolsen millones para la renovación de su casa de campo, que paguen por ellos y por el bebé de por vida, pero no quieren compartir detalles hasta que estén listos».
Los fanáticos de la pareja, que han estado con Harry a cada paso y con su esposa desde el momento de su compromiso, también se mostraron enojados con ellos en las redes.
Infobae