Tegucigalpa – La tormenta tropical Sara ha cobrado su primera víctima en el departamento de Yoro y ha dejado un rastro de destrucción sin precedentes en el norte de Honduras, con más de 150,000 personas incomunicadas y graves daños a la infraestructura vial, según informó la presidenta Xiomara de Zelaya en una comparecencia desde la sede de COPECO.
La ciudad de La Ceiba, en Atlántida, se encuentra entre las zonas más golpeadas, con el 80% de sus barrios y colonias bajo el agua.
La situación se ha agravado con el colapso del puente Saopin y severas afectaciones en puntos estratégicos de la red vial nacional. Un socavón de grandes dimensiones en la carretera entre Sabá y Olanchito ha dejado aislada a una población estimada de 150,000 habitantes.
«Estamos movilizando todos los recursos disponibles para atender esta emergencia», declaró la mandataria, quien confirmó que la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) ya tiene instrucciones para intervenir en cuanto las condiciones meteorológicas lo permitan.
La crisis se extiende a múltiples zonas: el río Aguán se ha desbordado, interrumpiendo la comunicación entre Sabá y Tocoa, mientras que en Yoro, el colapso del puente que da acceso al hospital Manuel Jesús Subirana ha comprometido el acceso a servicios médicos esenciales.
La aldea Las Lomitas, en Olanchito, permanece completamente incomunicada.
Las autoridades han evacuado a 1,948 personas, que actualmente se encuentran distribuidas en 494 albergues habilitados en las zonas afectadas. COPECO ha extendido una Alerta Roja por 48 horas para los departamentos de Yoro, Atlántida, Islas de la Bahía, Colón y Gracias a Dios, incluyendo los municipios de Omoa y Puerto Cortés.
«Anticipando la trayectoria de la tormenta, mañana ampliaremos la atención a Yoro y Santa Bárbara», anunció la presidenta, mientras estos departamentos, junto con Cortés y Olancho, permanecen bajo alerta amarilla. El resto del territorio nacional continúa en alerta verde debido a la persistencia de las lluvias.
Las autoridades hacen un llamado urgente a la población para mantenerse informada y acatar las indicaciones oficiales, mientras los equipos de emergencia trabajan para restablecer las vías de comunicación y asistir a las comunidades afectadas.