Tegucigalpa – Un devastador panorama de corrupción sistémica que ha drenado más de 3,500 millones de dólares solo en Honduras emerge de una investigación pionera que desnuda tres décadas de deterioro institucional en el norte de Centroamérica.
El estudio, realizado por un consorcio de organizaciones liderado por el FOSDEH, revela cómo la corrupción ha tejido una compleja red que entrelaza gobierno, crimen organizado y narcotráfico en Honduras, Guatemala y El Salvador.
La investigación «33 años de Corrupción en el Triángulo Norte de Centroamérica: Acciones que Vienen» expone un sistema donde la corrupción no es una anomalía sino el modus operandi establecido. En Honduras, siete casos emblemáticos ilustran el saqueo monumental de fondos que podrían haber transformado la realidad social del país, construido hospitales, escuelas o infraestructura vital.
«La corrupción se ha convertido en parte del ADN institucional», señala el informe, destacando cómo el narcotráfico ha penetrado en las estructuras estatales, financiando campañas políticas y comprando influencias. Esta simbiosis entre crimen organizado y política ha creado un círculo vicioso que socava la democracia y perpetúa la pobreza.
El estudio analiza críticamente el papel de las misiones internacionales anticorrupción – CICIES, CICIG y MACCIH – que, pese a logros significativos, sucumbieron ante presiones políticas, dejando un vacío en la lucha contra la impunidad. Los investigadores identificaron patrones recurrentes: desde la manipulación de contratos públicos hasta la captura del sistema judicial.
Para combatir este flagelo, el informe propone una serie de medidas ambiciosas:
- Establecer un nuevo organismo internacional anticorrupción para la región
- Implementar sistemas de control patrimonial que incluyan a familiares de funcionarios
- Fortalecer la participación ciudadana en la vigilancia de los recursos públicos
«Solo una acción coordinada entre sociedad civil, instituciones fortalecidas y apoyo internacional podrá romper tres décadas de impunidad», concluye el informe, señalando que la transformación requerirá un esfuerzo sostenido y el compromiso inquebrantable de múltiples actores.
Esta investigación no solo documenta el pasado, sino que marca una hoja de ruta para revertir el daño causado por la corrupción sistémica que ha empobrecido a millones de centroamericanos durante generaciones.
«33 años de saqueo: La corrupción drena miles de millones al Triángulo Norte de Centroamérica»
Un devastador panorama de corrupción sistémica que ha drenado más de 3,500 millones de dólares solo en Honduras emerge de una investigación pionera que desnuda tres décadas de deterioro institucional en el norte de Centroamérica. El estudio, realizado por un consorcio de organizaciones liderado por el FOSDEH, revela cómo la corrupción ha tejido una compleja red que entrelaza gobierno, crimen organizado y narcotráfico en Honduras, Guatemala y El Salvador.
La investigación «33 años de Corrupción en el Triángulo Norte de Centroamérica: Acciones que Vienen» expone un sistema donde la corrupción no es una anomalía sino el modus operandi establecido. En Honduras, siete casos emblemáticos ilustran el saqueo monumental de fondos que podrían haber transformado la realidad social del país, construido hospitales, escuelas o infraestructura vital.
«La corrupción se ha convertido en parte del ADN institucional», señala el informe, destacando cómo el narcotráfico ha penetrado en las estructuras estatales, financiando campañas políticas y comprando influencias. Esta simbiosis entre crimen organizado y política ha creado un círculo vicioso que socava la democracia y perpetúa la pobreza.
El estudio analiza críticamente el papel de las misiones internacionales anticorrupción – CICIES, CICIG y MACCIH – que, pese a logros significativos, sucumbieron ante presiones políticas, dejando un vacío en la lucha contra la impunidad. Los investigadores identificaron patrones recurrentes: desde la manipulación de contratos públicos hasta la captura del sistema judicial.
Para combatir este flagelo, el informe propone una serie de medidas ambiciosas:
- Establecer un nuevo organismo internacional anticorrupción para la región
- Implementar sistemas de control patrimonial que incluyan a familiares de funcionarios
- Fortalecer la participación ciudadana en la vigilancia de los recursos públicos
«Solo una acción coordinada entre sociedad civil, instituciones fortalecidas y apoyo internacional podrá romper tres décadas de impunidad», concluye el informe, señalando que la transformación requerirá un esfuerzo sostenido y el compromiso inquebrantable de múltiples actores.
Esta investigación no solo documenta el pasado, sino que marca una hoja de ruta para revertir el daño causado por la corrupción sistémica que ha empobrecido a millones de centroamericanos durante generaciones.