Tegucigalpa – La militarización de la seguridad pública está generando un debate crítico en Honduras, donde expertos cuestionan el protagonismo de las fuerzas militares en tareas que deberían ser principalmente policiales.
Así lo advirtió Mignodia Ayestas, directora del Observatorio de la Violencia, quien enfatiza la necesidad de redefinir los roles en materia de seguridad ciudadana.
“Siempre hemos reclamado al Estado que debe tener más control en los territorios, porque siempre han estado en manos de estructuras criminales”, señaló Ayestas, destacando cómo esta situación ha obligado a los ciudadanos a buscar alternativas privadas de seguridad, incluyendo la contratación de circuitos cerrados de vigilancia, creando así una problemática de autoprotección que refleja la desconfianza en las instituciones públicas.
La experta subraya que la Policía Nacional, como institución legitimada por el Estado, debe retomar el liderazgo en las intervenciones barriales, relegando a la Policía Militar del Orden Público (PMOP) a un rol de apoyo. «No debe existir competencia entre ambas instituciones», advirtió, señalando la importancia de respetar las competencias establecidas.
Ayestas hizo un llamado especial a la formación de los funcionarios de seguridad, enfatizando la necesidad de cambiar la percepción del ciudadano como «enemigo interno». «Los agentes deben entender que el ciudadano es igual que ellos, alguien que busca convivencia y seguridad en su barrio», puntualizó.
Esta postura surge en medio de una creciente preocupación por el enfoque militarizado de la seguridad pública en Honduras, donde la presencia militar en tareas policiales ha generado debate sobre la efectividad y pertinencia de estas estrategias en la construcción de una seguridad ciudadana sostenible.