Washington. – El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha declarado una emergencia nacional en ese país para combatir el coronavirus y ha autorizado el envío de 50 mil millones de dólares (45 mil millones de euros) del Estado federal -el equivalente, con muchas salvedades, de la Administración central española- a los estados y a las administraciones locales del país con el objetivo de combatir la pandemia.
Con el plan, Trump acepta las sugerencias de la oposición demócrata de que invocara la Ley Stafford de 1988 para combatir la pandemia, a la que el presidente se ha referido hasta hace pocos días como «una falsedad». Esa Ley, que ha sido aplicada por George W. Bush y Barack Obama, permite al Estado federal enviar recursos a territorios que estén en situación de crisis. Hasta la fecha, 37 de los 50 estados de EEUU, más el Distrito de Columbia (donde está la capital, Washington) y Puerto Rico han declarado el estado de emergencia.
El presidente declaró que «no asumo ninguna responsabilidad» por la dramática falta de sistemas para hacer pruebas y diagnosticar a los infectados, y dijo, sin dar más detalles, que «tendremos millones (de esos sistemas) en muy poco tiempo». Pero Trump también dijo que las cosas «podrían ir a peor» y que «las próximas semanas van a ser críticas».
Wall Street ha reaccionado con un alza de casi el 10 por ciento, la más alta desde la época de la volatilidad extrema de las hipotecas basura, en 2008, a la noticia. Eso se debe no solo al hecho de que, por fin, el gobierno estadounidense está actuando para contener la expansión del coronavirus sino, según la agencia de noticias financiera Bloomberg, a los planes de Trump de que EEUU aprovechará el desplome del precio del petróleo para comprar crudo y completar sus reservas estratégicas de esa fuente de energía.
La adquisición de hidrocarburos no guarda relación con el Covid-19, y es más bien un rescate encubierto de las empresas que extraen hidrocarburos por medio de “fracking”, que se han visto tremendamente golpeadas por la guerra de precios entre Arabia Saudí y Rusia. De hecho, el precio del barril subió dos dólares tras conocerse la noticia.
La deuda pública también ha bajado de precio, en lo que parece una señal de la relativa tranquilidad del mercado ante la reacción del gobierno estadounidense.
Entre las medidas que Trump anunció para combatir el coronavirus están la producción de test para llevar a cabo pruebas de la enfermedad, y la colaboración con empresas privadas tanto en esa área como en el suministro de medicamentos y la provisión de atención médica.
De hecho, la rueda de prensa dejó claro que EEUU ha dejado la lucha contra el coronavirus al sector privado. Trump entregó el micrófono a más de una docena de consejeros delegados de grandes empresas -desde los gigantes de las grandes superficies Wal-Mart, CVS, Walgreens o Target hasta la farmacéutica Roche- para que éstos hablaran, mientras el presidente les iba animando con frases como «tenéis un talento tremendo», o «qué gran tipo eres». El jefe del Estado y del Gobierno también anunció que Google está construyendo un sitio web para suministrar al público información sobre la enfermedad y cómo combatirla.
Preguntado por los periodistas presentes sobre el test que se ha realizado el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, tras la reunión que ambos mantuvieron recientemente, ha señalado que «no tiene síntomas».
En sí misma, Declaración de Emergencia Nacional no tiene mucho valor. Desde que se creó esa figura en 1976 se han producido 60 declaraciones -incluyendo ésta- de las que 33 están en efecto.
Una de ellas lleva en vigor 40 años, y afecta al bloqueo de los activos del gobierno de Irán en Estados Unidos. El propio Trump ha emitido seis Declaraciones de Emergencia Nacional, una de ellas para construir parte del muro en la frontera con México. Las seis siguen en vigor.