Tegucigalpa – El economista Roberto Lagos ha revelado datos preocupantes sobre la política monetaria en Honduras, señalando que el país experimentó un considerable impuesto inflacionario durante los años 2022 y 2023, alcanzando el 2.6% y 1.4% del Producto Interno Bruto (PIB) respectivamente.
Este fenómeno económico ocurre cuando el Banco Central de Honduras (BCH) genera poder adquisitivo artificial para el gobierno, resultando en un incremento de precios y una consecuente pérdida de poder adquisitivo para la población.
La revelación surgió en el contexto de un intercambio en la red social X con el dirigente del partido Libertad y Refundación (Libre), Gilberto Ríos, quien había cuestionado irónicamente el silencio del economista respecto a la reciente captura del ex jefe militar Romeo Vásquez Velásquez.
Lagos argumentó que este impuesto regresivo se implementó sin que el «flamante gabinete económico» fuera consciente de ello, evidenciando lo que él considera una «pésima política macroeconómica».
El economista respaldó sus afirmaciones citando cálculos basados en la hoja de balance del Banco Central.
En un giro más personal de la discusión, Lagos respondió a Ríos sugiriéndole el uso de herramientas como ChatGPT para mejorar su comprensión de temas económicos, en lo que pareció ser una crítica velada a la formación académica del funcionario de Libre.
El debate pone de manifiesto las tensiones existentes entre expertos económicos y funcionarios gubernamentales respecto a la gestión de la política económica del país, mientras resalta la importancia de comprender el impacto de las decisiones monetarias en la economía hondureña.