Tegucigalpa – En una intervención sin precedentes durante la ceremonia de traspaso de mando de la Policía Militar, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, Roosevelt Hernández, lanzó una potente advertencia contra la traición y la injusticia en Honduras, evocando memorias dolorosas de la historia reciente del país.
“Maldito el espíritu de Caín que en la oscuridad de sus traiciones asesinan de día o de noche a sus conciudadanos por un interés mezquino”, declaró Hernández, recordando a víctimas emblemáticas como el general Julián Arístides y el licenciado Alfredo Landaverde, además de los miles de hondureños que han perdido la vida por órdenes de otros funcionarios nacionales.
El alto mando militar enfatizó la relación directa entre justicia y paz social: “La justicia es la esencia de la paz, porque donde se hace justicia hay armonía, entendimiento y paz entre todas las personas de una sociedad”. Advirtió que la ausencia de equidad genera un ciclo destructivo de resentimiento e inconformidad que alimenta “el fuego del rencor”.
En su mensaje final a los nuevos comandantes de las ocho unidades operativas y dos unidades de apoyo de la Policía Militar del Orden Público, Hernández fue categórico: “Honduras tiene sed de justicia”, subrayando la responsabilidad que recae sobre los nuevos mandos en la búsqueda de una sociedad más justa.