Tegucigalpa – La tensión en la carrera por la candidatura presidencial del Partido Liberal se elevó luego de un intercambio de fuertes señalamientos entre Jorge Cálix y Salvador Nasralla, evidenciando una creciente división en las filas del partido tradicional.
Cálix expresó su frustración por la negativa de Nasralla a firmar un pacto de unidad, argumentando que solo una gran alianza podría hacer frente al «estado autoritario». «No importa el candidato», declaró Cálix, enfatizando que la prioridad debe ser impedir que «una élite corrupta quiera llegar al poder a la fuerza».
En respuesta, Nasralla lanzó duras críticas contra su contendiente, advirtiendo que las elecciones del 9 de marzo determinarán si el partido se inclina por un candidato «manipulable».
El presentador de televisión llegó a sugerir que una victoria de su rival podría desencadenar una nueva ola migratoria de hondureños hacia Estados Unidos. «Muchos corruptos no quieren que yo llegue al poder, pero la voluntad popular lo decidirá», afirmó Nasralla.
La confrontación entre ambos precandidatos, considerados «importados» por algunos sectores del partido, ha puesto de manifiesto las profundas divisiones internas en el liberalismo hondureño.
Mientras Cálix aboga por la unidad partidaria como estrategia electoral, Nasralla apuesta por movilizar a sus seguidores, a quienes considera decisivos para el futuro del país.
El intercambio de acusaciones ha generado preocupación entre la militancia liberal, que observa cómo la disputa interna podría afectar las aspiraciones del partido en las próximas elecciones generales.
