Tegucigalpa – La proximidad de las elecciones generales marca un punto de inflexión para Honduras, donde confluyen desafíos económicos, políticos y sociales que podrían definir el futuro del país centroamericano.
Según el análisis presentado por la destacada socióloga Julieta Castellanos, el partido Libertad y Refundación (Libre) enfrenta una coyuntura particularmente compleja en este último tramo de gobierno.
El panorama económico presenta señales preocupantes que requieren atención inmediata. Honduras mantiene el liderazgo regional en solicitudes de asilo en Estados Unidos, con 27,888 ciudadanos esperando respuesta en México.
El índice de Riesgo-País alcanza los 411 puntos, mientras que la tasa de pobreza se sitúa en un alarmante 68.9%. Un factor adicional de vulnerabilidad es la considerable dependencia de las remesas, que representan el 27% del Producto Interno Bruto.
En el ámbito de las relaciones internacionales, la administración actual ha mostrado un giro significativo en su política exterior. La decisión de priorizar alianzas con China y Rusia, en detrimento de relaciones tradicionales con España y Estados Unidos, ha generado consecuencias económicas y diplomáticas significativas.
Un ejemplo notable es el rechazo a un préstamo español destinado al sector hospitalario y los resultados limitados de la apertura de relaciones con China, especialmente evidentes en la crisis que afecta a la industria camaronera del sur del país.
La credibilidad institucional también atraviesa un momento crítico. El análisis de Castellanos revela preocupaciones sobre el funcionamiento de los tres poderes del Estado.
El Poder Judicial enfrenta cuestionamientos por decisiones controversiales relacionadas con la legitimación de capitales y el sobreseimiento de casos judiciales. Por su parte, el Poder Legislativo muestra signos de paralización en su función principal, mientras mantiene prácticas de distribución de recursos que recuerdan a administraciones anteriores.
Respecto a la esperada Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH), Castellanos es categórica al afirmar que su implementación parece improbable, dado que no se han cumplido las condiciones establecidas por la ONU.
En el contexto internacional, la presidencia pro tempore de Honduras en la CELAC concluye este mes con resultados mixtos. La reciente declaración de Tegucigalpa, rechazada por diez países miembros, evidencia las dificultades en el ejercicio del liderazgo regional y el consenso internacional.
Este análisis cobra especial relevancia considerando el paralelismo que Castellanos establece con la administración estadounidense, particularmente en el contexto del retorno de Donald Trump al poder y sus implicaciones para las políticas migratorias y económicas que afectarán directamente a Honduras.
El último año de gobierno se presenta como un período decisivo que pondrá a prueba la capacidad del actual gobierno para enfrentar estos desafíos multidimensionales y establecer un legado que responda a las expectativas de la población hondureña.
