Tegucigalpa – Una crisis sanitaria amenaza al sector ganadero hondureño con el resurgimiento del gusano barrenador, una plaga que se creía erradicada hace casi tres décadas. Según reportes del Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA), hasta la cuarta semana epidemiológica de 2024 se han registrado 466 casos en el país.
La reaparición de esta enfermedad parasitaria, que afecta tanto a animales de sangre caliente como a humanos, ha generado especial preocupación en Olancho, donde los ganaderos exigen una intervención urgente de las autoridades sanitarias ante los 133 casos confirmados en la región.
Rolando Alvarenga, presidente de la Federación de Cámaras de Comercio e Industrias de Honduras (Fedecámaras), recuerda que la erradicación de la plaga en 1996 requirió una inversión de aproximadamente 320 millones de dólares, con significativo apoyo financiero de Estados Unidos.
El experto veterinario explica que la reaparición del parásito está vinculada a la crisis migratoria en la región: «Lamentablemente reapareció, me imagino por esa migración de países como Venezuela, Ecuador, que pasan por ese Tapón del Darién, que antes allí no había nada, no pasaba nadie y era una barrera natural». Alvarenga señala que la enfermedad se propagó desde Panamá hasta Honduras, en parte debido al contrabando de caballos y ganado.
La situación actual revela que la plaga se ha extendido a 12 de los 18 departamentos del país, con Choluteca liderando el número de casos (144), seguido por Olancho (133). Este brote representa un retroceso significativo en la salud animal del país, considerando que Honduras se había declarado libre de esta enfermedad durante casi tres décadas.
La propagación del gusano barrenador desde el sur del continente, atravesando la anteriormente impenetrable Selva del Darién, plantea nuevos desafíos para las autoridades sanitarias y el sector ganadero hondureño, que ahora enfrentan la necesidad de implementar medidas urgentes de control y prevención.