Tegucigalpa – En una emotiva demostración de fe y tradición cultural, la comunidad garífuna marcó el octavo día de la novena a la Virgen de Suyapa con una celebración única que fusionó la devoción religiosa con las ricas expresiones culturales afrohondureñas.
Peregrinos provenientes de diversas comunidades costeras como La Ceiba, Trujillo, Santa Fe y Sambo Creek se congregaron en la Basílica, transformando el espacio sagrado con sus vibrantes cantos, danzas tradicionales y ofrendas gastronómicas que incluyeron el emblemático pan de coco y el casabe.
«Cada febrero, la comunidad garífuna se viste de gala para expresar nuestro amor, pasión y veneración a la Virgen de Suyapa», expresó una representante de la comunidad, destacando la importancia de mantener viva esta tradición que mezcla la fe católica con la rica herencia cultural afrohondureña.
Esta celebración especial forma parte de los eventos que preceden a la tradicional alborada del 2 de febrero, fecha en que se conmemoran 278 años del hallazgo de la imagen de Nuestra Señora de la Concepción de Suyapa por Alejandro Colindres y el joven Jorge Martínez en los campos de la aldea de Suyapa.
La participación de la Pastoral Garífuna no solo representa un acto de fe, sino también un testimonio vivo de la diversidad cultural de Honduras y la manera en que las diferentes comunidades étnicas del país expresan su devoción a la patrona nacional. La solidaridad característica de la comunidad garífuna se manifestó en la organización colectiva del viaje y en la preparación de las ofrendas tradicionales.
Esta manifestación de fe y cultura continúa fortaleciendo el legado de devoción a la «Madre de Dios», mientras preserva y celebra la rica herencia cultural de la comunidad garífuna en Honduras, demostrando cómo la fe puede unir y enriquecer las expresiones culturales de diferentes grupos étnicos en el país.