Un histórico brote de sarampión en el oeste de Texas está cerca de alcanzar los 200 casos, informaron el viernes funcionarios de salud del Estado, mientras que el número de casos confirmados en el vecino Nuevo México se triplicó en un día a 30 infecciones.
Por AP
La mayoría de los casos en ambos estados son en personas menores de 18 años y en personas que no están vacunadas o se desconoce su estado de vacunación.
Los funcionarios de salud de Texas identificaron 39 casos nuevos de esta enfermedad altamente contagiosa, lo que eleva el total del brote en el oeste de Texas a 198 personas desde que comenzó a finales de enero. Hasta ahora, 23 personas han sido hospitalizadas.
La semana pasada, un niño en edad escolar murió de sarampión en Texas, la primera muerte a causa de la enfermedad que se registra en el país en una década. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) anunciaron esta semana que enviarán un equipo a Texas para ayudar a los funcionarios de salud pública locales a responder al brote.
Al otro lado de la frontera estatal del epicentro del brote, el condado de Lea, Nuevo México, tenía 10 casos el jueves después de que los funcionarios de salud confirmaron que un adulto no vacunado que murió sin buscar atención médica dio positivo por sarampión. El investigador médico del estado no ha anunciado la causa oficial de la muerte, pero el Departamento de Salud estatal dijo el viernes que está “relacionada con el sarampión”.
El mismo viernes, el número de casos confirmados en el condado de Lea aumentó a 30, según una actualización en el sitio web del Departamento de Salud estatal. La agencia ha dicho que no ha podido demostrar una conexión clara con el brote de Texas. El 14 de febrero dijo que se “sospechaba” que había un vínculo.
Los CDC informaron el viernes que también se han confirmado casos de sarampión en Alaska, California, Florida, Georgia, Kentucky, Nueva Jersey, la ciudad de Nueva York, Pensilvania, Rhode Island y Washington.
Sin embargo, los brotes de Texas y Nuevo México representan la mayor parte del conteo de casos en el país.
El aumento en los casos de sarampión ha sido una prueba importante para el secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., un activista anti-vacunas que ha cuestionado la seguridad de las vacunas infantiles. Recientemente, se ha abstenido de recomendar que las personas se vacunen y ha promovido tratamientos no comprobados para el virus, como el aceite de hígado de bacalao.
Kennedy restó importancia al brote de Texas y señaló que “no es inusual”, aunque la mayoría de los médicos locales en la región del oeste de Texas dijeron a The Associated Press que nunca habían visto un caso de sarampión en sus carreras hasta este brote.
La vacuna contra el sarampión, las paperas y la rubeola es segura y altamente efectiva para prevenir infecciones y casos graves. Se recomienda la primera dosis para niños de 12 a 15 meses de edad y la segunda para niños de 4 a 6 años.
Las tasas de vacunación infantil en todo el país han disminuido a medida que un número creciente de padres busca exenciones de los requisitos de las escuelas públicas por razones personales o religiosas. En el condado de Gaines, Texas, que ha registrado la mayoría de los casos, la tasa de vacunación contra el sarampión en el kínder es del 82%, muy por debajo del 95% necesario para prevenir brotes.
Muchos de los casos reportados en el condado de Gaines se han concentrado en una comunidad menonita “muy unida y con una baja tasa vacunación”, un grupo diverso que históricamente ha tenido tasas de vacunación más bajas y cuyos miembros pueden desconfiar de los mandatos e intervenciones del gobierno.
El sarampión es un virus respiratorio que puede sobrevivir en el aire hasta dos horas. Hasta nueve de cada 10 personas que son susceptibles contraerán el virus si están expuestas, según los CDC. Debido al éxito de la vacuna contra el sarampión, Estados Unidos consideró que el sarampión estaba eliminado en el 2000.