Tegucigalpa – En medio de la controversia generada por los problemas logísticos durante las elecciones primarias del domingo, Marlon Ochoa, concejal del Consejo Nacional Electoral (CNE), hizo revelaciones que añaden un nuevo capítulo a la crisis electoral que atraviesa Honduras.
Según Ochoa, las consejeras López-Osorio y Hall propusieron suspender las elecciones el mismo domingo, una información que hasta ahora no había trascendido públicamente y que evidencia las tensiones internas dentro del máximo órgano electoral hondureño.
El concejal defendió la gestión del CNE asegurando que el 98.5% de las maletas electorales fueron entregadas a tiempo, limitando los problemas a aproximadamente 300 maletas en el Distrito Central y San Pedro Sula. Estos datos contrastan con la percepción generalizada de desorganización que dominó la cobertura mediática durante la jornada electoral.
En un giro inesperado, Ochoa denunció que personal operativo abandonó el Centro Logístico Electoral entre las 12 y las 4 de la madrugada del domingo, sugiriendo que este abandono podría estar relacionado con los retrasos en la distribución del material electoral que tanto revuelo causaron.
A pesar de reconocer estos problemas logísticos, el concejal destacó que los sistemas tecnológicos implementados garantizaron la integridad del proceso. Según sus declaraciones, la biometría y el sistema de Transmisión de Resultados Preliminares (TREP) funcionaron correctamente, protegiendo el voto de los ciudadanos y evitando los «fraudes tradicionales e históricos».
Ochoa respaldó su argumento con datos concretos: el 87% de las huellas de los votantes fueron leídas y transmitidas correctamente, mientras que el 62% de las 74,574 actas fueron procesadas por el sistema. «Esa es la verdad y, les guste o no les guste, la población debe conocerla», afirmó categóricamente.
Estas declaraciones se producen en un momento en que el pleno del CNE se encuentra sumergido en una profunda polémica debido al retraso en la llegada de maletas electorales a varios centros de votación, principalmente en las dos ciudades más importantes del país.
El pronunciamiento de Ochoa representa un intento por cambiar la narrativa predominante sobre las elecciones primarias, enfocándose en los aspectos tecnológicos que funcionaron correctamente y minimizando los problemas logísticos que generaron tanto malestar entre los votantes y los partidos políticos.
La mención del abandono de personal plantea interrogantes sobre posibles sabotajes internos que podrían haber contribuido al caos, aunque el concejal no especificó los motivos de dicho abandono ni identificó a los responsables.
Las revelaciones sobre las propuestas de suspensión electoral por parte de dos consejeras sugieren que existieron serias preocupaciones dentro del propio CNE sobre la viabilidad de continuar con el proceso electoral ante los problemas que se estaban presentando.
Este episodio continúa generando debate sobre la preparación de las instituciones electorales hondureñas de cara a las elecciones generales programadas para el 30 de noviembre, donde se pondrá a prueba nuevamente la capacidad organizativa del CNE y de las Fuerzas Armadas.