Tegucigalpa – El sistema eléctrico hondureño podría enfrentar complicaciones durante la temporada de verano, según alertó Alexander Godoy, vicepresidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE). El dirigente sindical pronosticó que las altas temperaturas provocarán un recalentamiento en los circuitos de distribución que derivará en interrupciones del servicio en varias zonas del país.
Godoy explicó que la temporada estival de este año se extenderá por un periodo extraordinario de dos a tres meses, con temperaturas que superarán los 39 y 40 grados centígrados. «Con una temperatura de esta envergadura, hay alta demanda y más consumo de energía, tendremos sobrecarga en los transformadores de distribución», señaló el representante sindical.
Un aspecto relevante destacado por el experto es que los posibles cortes no estarían relacionados con problemas de generación eléctrica. De acuerdo con Godoy, la capacidad generadora actual es robusta, con los parques fotovoltaicos y eólicos operando al 100% de su capacidad, mientras que las plantas generadoras estatales mantienen un rendimiento del 80%.
El problema, según el sindicalista, radica en la infraestructura de distribución que, pese a los mantenimientos constantes en líneas primarias y secundarias, se verá sometida a condiciones extremas por el incremento del consumo durante la ola de calor. «Habrá mantenimiento, pero tendremos algunos disparos en algunos circuitos y algunas colonias se quedarán sin energía», admitió Godoy.
Esta situación plantea un desafío para el sistema eléctrico nacional, que deberá enfrentar un fenómeno natural inevitable asociado con las altas temperaturas. La sobrecarga en los transformadores de distribución constituye una preocupación técnica que, según el dirigente sindical, no puede ser completamente mitigada a pesar de las labores preventivas de mantenimiento.
Los usuarios del servicio eléctrico deberán prepararse para posibles interrupciones durante los meses más calurosos, especialmente en áreas donde la infraestructura de distribución sea más vulnerable a las sobrecargas causadas por el incremento en el consumo energético.