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«Hemos fallado», dice Bukele, tras cierre de CENADE, gritos de hambre, llantos y protesta por los $300 prometidos

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San Salvador. – Las 16 oficinas del CENADE en El Salvador fueron cerradas luego que cientos de salvadoreños las abarrotaran para solicitar el subsidio de 300 dólares para alimentación, según informa el periódico La Prensa Gráfica.

Quienes llegaron a la sede en la colonia Flor Blanca formaron una protesta y cerraron el paso frente al Hospital Nacional Rosales, en la 25 avenida norte y la alameda Roosevelt. «Dios nos ampare. Aunque ya no sé si lo merecemos», dijo el presidente Bukele.

Cientos de salvadoreños salieron desde temprano este lunes hacia las oficinas del Centro de Atención por Demanda (CENADE) del Ministerio de Economía, para solicitar se les incluya en los beneficiados del subsidio de 300 dólares otorgado por el Estado para la manutención de familias sin ingresos por la imposibilidad de trabajar durante la cuarentena domiciliar de 30 días decretada por el gobierno desde el sábado 21 de marzo para prevenir contagios de Covid-19, un tipo de coronavirus.

El domingo por la noche, el presidente Nayib Bukele pidió disculpas por los inconvenientes en la página web donde podía consultarse la entrega del subsidio y dijo que quienes no se encontraron podían solicitar el fondo en línea o en una sede del CENADE.

Sin embargo, al ver las multitudes abarrotando las instalaciones, Bukele hizo un sorpresivo anuncio cerca de las 8:30 de la mañana: «Los CENADE están demasiado llenos, las aglomeraciones son un riesgo de contagio usted, su vida y la de su familia. Llegar temprano, tarde, hoy, mañana o pasado mañana no hace ninguna diferencia, ya que la lista se actualizará hasta el sábado. Así que por la salud de la población, he decidido CERRARLOS. EL RECLAMO PUEDE HACERLO EN LÍNEA, DESDE CUALQUIER CELULAR CON INTERNET, INCLUSO SI ES PRESTADO. Si no puede hacerlo en línea, a partir del mediodía, habilitaremos un número telefónico, gratis e ilimitado, en donde podrá hacer su reclamo sin arriesgarse saliendo de su casa. REPITO: POR SU BIEN, A PARTIR DE ESTE MOMENTO, TODOS LOS CENADE ESTÁN CERRADOS».

El Ministerio de Economía dijo por la mañana en Twitter que los que no resultaron beneficiados pueden llamar al número 2565-5555. Este periódico consultó en varias ocasiones desde dos líneas telefónicas y no fue posible comunicarse a tal número. En uno se terminaba automáticamente la llamada, en otro anunciaban que estaba fuera de servicio. Hasta las 3:30 de la tarde, Bukele no había comunicado ningún otro número.

En las filas de hoy había personas que esperaron desde el domingo y aguantaron la tormenta de la noche. Otros se unieron en la madrugada. Marta Concepción Méndez, de 65 años, contó que llegó desde las 3:00 de la madrugada, pero no logró ser atendida. Tras conocerse el cierre lanzó gritos de rabia y desconsuelo, reclamando que personas que no necesitaban el subsidio ya tenían el dinero y personas pobres como ella no han podido siquiera solicitarlo, tras quedar fuera.

La Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) de la Policía Nacional Civil (PNC) llegó a reforzar la seguridad en el perímetro del CENADE en la colonia Flor Blanca, mientras las personas aún permanecían con esperanzas en que los atendieran a pesar de que Bukele ordenó el cierre. Manifestaron su descontento con la decisión del presidente. La mayoría son comerciantes.

Minutos después y motivados por la desesperación e impotencia ante la situación, varias personas iniciaron una protesta y cerraron el paso en la intersección de la 25 avenida norte y alameda Franklin Delano Roosevelt de la capital, entre el Hospital Nacional Rosales y el Parque Cuscatlán. «Tenemos hambre. Nuestros hijos tienen hambre», gritan.

Exigían hablar con un representante del Gobierno y también planearon marchar hacia la Asamblea Legislativa, pero no lo hicieron.

En la tarde, Bukele se pronunció en redes sociales. «Tratamos de hacer lo mejor y hemos fallado», dijo. Habló sobre que su Gobierno trata de arreglar en una semana lo que estuvo mal hecho durante décadas y sobre que entiende que todos vayan a cobrar «en desorden» porque tienen hambre y viven en pobreza.

«Aunque no fuimos nosotros los que los hicimos pobres, ni fuimos nosotros los que no los censamos o los culpables de que nunca se trabajó en cultura, para que fuéramos ordenados y pudiéramos entrar a una sucursal bancaria en orden», defendió.

La mayor parte de gente no fue atendida; sin embargo, Bukele asegura saber que «la mayoría de la gente que llegó a los CENADE iba a traer el dinero» a pesar que dijeron que ahí no sería entregado.

Aunque no con la misma magnitud y las consecuencias de este lunes, el sábado se vivió algo parecido en las oficinas de los CENADES, donde acudió gente sin saber que trabajaban de lunes a viernes y no los fines de semana. Una noche antes, Bukele había anunciado en cadena nacional que iniciaría la entrega del subsidio y quienes quisieran solicitarlo podían ir a dichas sedes, sin aclarar los horarios.

Hilma Celina Hernández Ayala, de 48 años de edad, es una de las pocas que pudo pasar este lunes antes del anuncio de cierre. Ella llegó a las 3:30 de la mañana a la sede ubicada en la colonia Flor Blanca de San Salvador, en la 37 avenida norte y alameda Franklin Delano Roosevelt. Fue de las primeras en ingresar. Según su número de DUI no aparece como beneficiaria de los 300 dólares, pero le dijeron que estuviera pendiente de una llamada esta semana.

Esta sede del CENADE es una de las tres en la capital y es de las más abarrotadas este día.  Con megáfono en mano, uno de los trabajadores del CENADE en la colonia Flor Blanca pedía a las personas que llevaran listo un número de contacto y su DUI para poder ser atendidos.

En el municipio de Soyapango, una multitud luchó por intentar entrar a la vez al centro comercial Unicentro donde se encuentra otra oficina donde pueden solicitar el dinero. Un video difundido por un medio de comunicación local muestra a un policía rociando gas pimienta, mientras la gente advertía que había una anciana entre el tumulto.

Hay otras 13 oficinas en los demás departamentos de El Salvador que amanecieron con largas filas que deberán retornar a sus viviendas.

La cuarentena domiciliar ordenada por el Gobierno obliga a todos a permanecer en sus viviendas y solamente se permite la circulación de personas que trabajan en rubros autorizados (salud, transporte público, seguridad y cadena de suministros básicos) o a los que salen para conseguir provisiones o medicamentos. Sin embargo, estos últimos deben hacerlo máximo dos veces por semana y los policías y militares exigen pruebas confirmatorias.

Si salen más de dos veces o no justifican su salida, los ciudadanos son privados de su libertad y llevados hacia centros de contención del coronavirus donde pasarán junto a otros una cuarentena de 30 días. Desde el 21 en que comenzó han sido llevadas contra su voluntad más de 700 personas.

El Salvador se encuentra en estado de excepción. La Asamblea Legislativa aprobó un primer decreto para quince días y aprobó un segundo por el mismo tiempo este domingo, que suprime varias garantías constitucionales como la libertad de circulación o no ser obligado a cambiar de domicilio.

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