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Cardenal Rodríguez pide erradicar el virus más peligroso del odio, la soberbia, egoísmo y la traición

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Tegucigalpa. – El cardenal hondureño Óscar Andrés Rodríguez pidió a los hondureños este Domingo de Ramos, en el inicio de la Semana Santa, erradicar el virus más peligroso del odio, la soberbia, el egoísmo y la traición en una Honduras ensangrentada por la violencia.

El religioso oró a Dios para salve a Honduras ante la difícil situación que vive, agudizada por la pandemia del coronavirus.

“Salva a esta Honduras, lo necesitamos más que nunca, que hoy podamos abrirte las puertas de nuestro corazón”, enfatizó Rodríguez durante la misa sin feligreses debido al toque de queda absoluto que impera en el país, a causa del coronavirus, celebrada en la Basílica Menor de la Virgen de Suyapa.

Tradicionalmente, la misa del Domingo de Ramos se ha oficiado en la catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, acompañada de centenares de creyentes católicos portando ramos de palma que, desde el viernes, traen a las principales ciudades del país campesinos del interior, para su bendición en el inicio de la Semana Santa.

No obstante, este año los templos y parroquias lucen desoladas, sin la tradicional procesión en la que se conmemora la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén montando en un asno que representa la humildad, mansedumbre y paz y no llegó montado en un caballo que simboliza el poder, la violencia y la guerra.

El líder espiritual abogó por los enfermos, los que padecen por el coronavirus, los que se encuentran en los hospitales, en las unidades de cuidados intensivos, los que han perdido a un familiar querido sin poder despedirse y por todos los que han fallecido.

El cardenal hondureño agradeció muchos gestos que dijo haber visto de solidaridad y preocupación por el más necesitado en estos tiempos de la pandemia del Covid-19, pero también reprochó otros virus que son de lo peor, el de la soberbia, el virus del egoísmo, el virus de la falta de amor.

Refirió que Jesús entra en Jerusalén, entra también en nuestras ciudades de hoy y quiere entrar en nuestro corazón como aquel que quiere hacernos salir de la esclavitud del pecado y hacernos participes de una vida más humana y solidaria.

Acotó que en estos días hemos visto gestos tan bellos de solidaridad, de preocupación por el más necesitado, la solidaridad de Jesús Sacramentado y de Santa María de Suyapa que bendijo todas las diócesis del país desde el cielo, a bordo de un helicóptero.

“Nos hemos enterado con mucho dolor, que incluso algunos familiares le niegan la entrada a la casa a alguno que llega quizás de trabajar de las maquilas, supuestamente enfermo de coronavirus. señaló el prelado.

Recriminó que son rechazados incluso sin que haya ninguna prueba de que estén contagiados, pero ese gesto es un gesto contra Cristo, es un gesto anti Semana Santa. Señor, perdónales, porque sí saben lo que hacen, están negando el amor, están negando la compasión, están negando la misericordia”.

Recalcó que la pobreza de Jesús invita “a ser generosos, solidarios, a vivir libres de toda ambición de poder, de ser importantes, de tener, que es lo que arruina al mundo y genera tanta injusticia”.

El religioso lamentó que el mundo, Honduras está ensangrentada por la violencia, lo que calificó como “el peor virus, lo que deberíamos erradicar todos, empezando por aquellos que creen que tienen el derecho de quitarle la vida a otras personas”.

“Ante Él podemos preguntarnos hoy, por qué caminos quiere Jesús conducir a nuestra Honduras de hoy, qué espera de cada uno de nosotros, el rechazo de aquellos que prefirieron a Barrabas, el rechazo de los que se cierran al amor, a la compasión, a la bondad, a la misericordia, el burrito era el animal de la gente sencilla y Jesús no llega en un caballo como los grandes del mundo, llega en un burrito prestado, Jesús es un mesías pobre y rey de los pobres”, recalcó.

Rodríguez agradeció a todos aquellos que se han tocado el corazón y están ayudando a los pobres, a las comunidades más necesitadas pues la pobreza de Jesús nos invita a ser generosos, a compartir, a ser solidarios, a vivir libres de toda ambición de poder, de ser importantes, de tener, que es lo que arruina al mundo y que genera tanta injusticia.

Citó el caso de la hija del director del banco Santander en Portugal, quien falleció víctima del coronavirus, escribió “mi padre murió en soledad, todo el dinero se quedó en la casa y él pedía solamente un poco de aire para respirar; pensemos en esto hermanas y hermanos, llegará el día de nuestra muerte, no sabemos cuándo será, pero hay de aquellos que se van a presentar ante Dios con las manos vacías o peor todavía, llenos de odio, llenos de traición, llenos de sangre como el pobre Judas, ahí se quedaron las 30 monedas de plata, no se llevo ni una y desperado se quitó la vida”.

Insistió en que nuestro Dios no es el dios de la grandeza que viene hacia nosotros lleno de paz y que nos ofrece el camino de la vida y de la paz en un mundo ensangrentado por la violencia, una Honduras ensangrentada por la violencia y ese es el peor virus, es el que deberíamos erradicar todos, empezando por aquellos que creen que tienen el derecho de quitarle la vida a otras personas.

“Conviértanse, arrepiéntanse, pidan perdón por lo mal hecho porque será muy triste el día que tengan que darle cuentas al Señor y les diga, la sangre de tu hermano clama al cielo como le pasó a Caín que había matado a su hermano; gracias a Dios esta Semana Santa nos ofrece el tiempo, el silencio y la posibilidad de arrepentirnos de nuestros pecados; hay un quinto mandamiento de la ley de Dios que dice no matarás, a todos aquellos que tienen sus manos manchadas de sangre, a todos aquellos que han matado y que se encuentran ahí pensando que jamás se va descubrir el crimen, sepan lo que dice el evangelio, no hay nada oculta que no llegue a saberse, no hay nada escondido que no llegue a revelarse y en nombre de la sangre de Cristo derramada en la cruz, les pido arrepiéntanse, pidan perdón a Dios que Él les puede perdonar si ustedes se arrepienten y prometen nunca más volver a asesinar a nadie”, enfatizó.

Aludió a aquellos que creen que se han enriquecido con la extorsión, miren las monedas de Judas tiradas ahí en el piso, ese dinero mal habido no les servirá para nada.

“Hoy abramos las puertas del corazón a Cristo que viene a salvarnos, no digamos como aquellos blasfemos crucifícale, no sigamos crucificando a nuestra Honduras, digámosle hosana bendito el que viene en el nombre del Señor, llénanos de tu amor, llénanos de tu gracia, llénanos de la paz y ayúdanos a superar estos momentos tan difíciles y desde el fondo de nuestro corazón podemos decirle a Jesús, Señor vienes a nosotros en un burrito, lleno del deseo de amarnos, bendito tu Señor que vienes a nosotros lleno de humildad y mansedumbre, todo lo contrario de la soberbia y del orgullo de aquellos que rechazan incluso a los miembros de su propia familia”, recriminó el prelado.

Subrayó que no podemos entrar en la Semana Santa con esos sentimientos, por lo que pidió “que tu sangre preciosa, convierta el odio en amor, convierta todos los malos sentimientos en los corazones en un deseo de paz, de reconciliación y de justicia, bendito el que viene en el nombre del Señor, hosana Señor Jesús, sálvanos, salva a esta Honduras, lo necesitamos más que nunca, que hoy podamos abrirte las puertas de nuestro corazón”.

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