Tegucigalpa. – Los tapabocas o mascarillas de tela son efectivos para disminuir la transmisión del nuevo coronavirus, de acuerdo con una investigación, con elevado nivel de rigor, que acaba de ser publicada en la Revista Annals of Internal Medicine.
De acuerdo con el estudio, aunque ninguna evidencia directa indica que estos tapabocas son totalmente efectivos para reducir la transmisión del coronavirus, si existe consistencia en los hallazgos para recomendarlos, dentro de los programas de salud pública desplegados en esta pandemia.
Los resultados demuestran que, si bien la tela no detiene los viriones aislados, con base en que la mayor parte de la transmisión viral se produce a través de partículas más grandes en las secreciones, incluidos aerosoles, que se generan directamente al hablar, comer toser y estornudar, este tipo de mascarillas en esencia detienen dichas partículas de adentro hacia afuera.
Y en este sentido, agregan los investigadores, cada partícula cargada de virus retenida en estos tapabocas, no cae a una superficie o a sitios en los que pueden ser luego recogidas por el tacto y luego transmitidas a la vía respiratoria.
El análisis demostró que la tela puede bloquear las gotas, los aerosoles y las capas que se utilicen para fabricar estos tapabocas, agrega la eficiencia.
El análisis también evaluó la efectividad de bufandas, sudaderas, camisetas o toallas para bloquear el virus y se encontró que la eficiencia de la filtración fue del 10 al 40 por ciento, por lo que no se recomienda.
Con estos resultados el artículo es claro al decir que “al aplicar los principios de la medicina basada en la evidencia de las políticas públicas, existe evidencia consistente y de alta calidad que muchas (pero no todos) tapabocas de tela, reducen la transmisión de gotas y aerosoles y pueden ser efectivas para atenuar la contaminación del medio ambiente por cualquier virus, incluido el SARS CoV 2”.
También aclara que “dada la gravedad de esta pandemia y la dificultad de control, sugiere que el posible beneficio de una reducción moderada en la transmisión del virus, supera la posibilidad del daño”.
Por último, los investigadores manifiestan que hay que apelar al altruismo y a la necesidad de proteger a los demás, frente a las consecuencias del uso incorrecto de estos tapabocas y la reducción de la higiene de las manos, debido a una falsa seguridad, lo que puede mitigarse con programas de educación.
Los científicos también anotan que abogar porque el público fabrique y use máscaras de tela, transfiere el costo de una intervención de salud pública de la sociedad al individuo y que en áreas de bajos recursos y para personas que viven en la pobreza, esto es inaceptable.
De ahí que sugiere “que esto podría mitigarse mediante intervenciones de salud pública, que incluyan la fabricación y distribución de máscaras de tela, con materiales y diseños, basados en la evidencia».
El Congreso Nacional de Honduras aprobó este jueves la Ley de Uso Obligatorio de Mascarillas y Aplicación de Protocolos de Bioseguridad, «la cual minimizará el riesgo de contagio y propagación» de la Covid-19, según la información oficial que divulga el legislativo.
En medio de la pandemia del coronavirus, la normativa obliga a todas las personas, sin excepción alguna, a implementar prácticas y protocolos de bioseguridad en todo el territorio nacional, tanto en espacios públicos como en reuniones privadas que superen las cinco personas.
El texto delimita con precisión cuáles son los establecimientos públicos y privados donde se deberá cumplir con la Ley, así como la imposición de una multa ascendente a 200 lempiras (ocho dólares) o la obligación de realizar trabajos comunitarios por seis horas para quienes la infrinjan por primera vez.
Los reincidentes serán sometidos a sanciones más severas, como prisión o la suspensión de ayudas gubernamentales, mientras que las autoridades aseguran que se dotará a estos ciudadanos de una mascarilla.