Tegucigalpa. – El cardenal Óscar Andrés Rodríguez, señaló este domingo durante la homilía celebrada a puerta cerrada en la santa iglesia catedral metropolitana San Miguel Arcángel de Tegucigalpa, que “lo peor de la crisis actual es la falta de esperanza”, al tiempo que criticó la “politiquería” y los ajustes estructurales de la economía.
“Cuando se impusieron esos famosos ajustes estructurales de la economía se dijo van a ser sacrificios enormes, pero después el dique va a rebalsar, nada de eso se ha cumplido y los sacrificios enormes continúan”, recriminó el purpurado.
Aseveró que esos sacrificios solo permiten el crecimiento de una pobreza injusta y de una economía de mercado que hace crecer la inequidad.
“Ese tipo de economía mata, nos decía el papa Francisco”, añadió al tiempo que pidió no buscar el individualismo.
“Empiezan a salir la misma politiquería y los vicios del pasado y con eso no se llega a ninguna parte”, recalcó.
En ese sentido, señaló que en todos los ámbitos se necesita la presencia de Cristo para encontrar la esperanza que no defrauda. “El horizonte de nuestra vida es Dios”, apuntó.
En ese sentido, refirió que nuestro destino no es un ataúd y ni un hoyo en la tierra.
Al respecto, como lo ha venido diciendo en las más recientes homilías recordó que ningún cadáver va a transmitir el coronavirus como un llamado a la no discriminación.
Sobre este tema, el cardenal hondureño resaltó el esfuerzo que está haciendo todo el personal médico para ayudar a los que sufren.
Ejemplificó que, este esfuerzo se traduce en una ayuda para ascender a Dios, pero quienes de manera “testaruda” no practican las medidas de prevención hacen que la “pobre Honduras descienda”.
“Podrán ir mal muchas cosas, la economía, la política y cosas personales, pero Dios que es Vida será siempre más fuerte de los que nos amenaza y dificulta vivir hoy”, reflexionó.
El prelado exhortó a orar y pedir la presencia de Dios todos los días de nuestra vida.
“Jesús resucitado está con nosotros, como una presencia que nos acompaña, ni etérea ni virtual”, apuntó el purpurado en la homilía correspondiente al séptimo domingo de pascua.
“Hemos olvidado algo, que necesitamos urgentemente recordar, para no caer en el derrotismo. Jesús es una presencia que nos acompaña en el camino de la vida de manera permanente”, apuntó el líder religioso.
El arzobispo de Tegucigalpa, también destacó que “necesitamos recordar esto, no nos ha dejado solos, está con nosotros. El evangelio ha dado todo poder, en el cielo y en la Tierra. Jesús resucitado tiene todo poder”.
Recalcó que “hay ídolos que conducen a la injusticia, esclavitud y muerte”, mientras que Dios es el creador de la vida, esa es la buena noticia para todos, el evangelio de Dios, de la vida. El propósito de ir y hacer discípulos tiene una consecuencia, donde hay que guardar todo lo enseñado, agregó.
“Sensible, sentimental y afectivo, trata de una coherencia en la vida, sino soy discípulo de vivir como discípulo, simplemente ostentar de un título de hijo de Dios. Enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado”, manifestó Rodríguez.
Guardar los mandamientos no significa guardarlos bajo llave, sino de llevarlos a la práctica, vivirlos. El mandato es vivir en el amor. “Un mandamiento nuevo les dejo, el mandamiento del amor, que nos amemos los unos a los otros, como él nos ama”, refirió.
El prelado señaló que seguir a Jesús es depositar una confianza ilimitada, estar abiertos a su amor, e identificarnos con él en la importante misión de anunciar la vida.
Hoy se celebra la fiesta de ascensión del señor, Jesús subió al cielo, nos dice la Biblia, el resucitado fue glorificado. Los anhelos de justicia y paz son posibles y realizados en el resucitado, apuntó.
“En el Resucitado se han logrado las aspiraciones más profundas u nobles de nuestro corazón, por eso esta fiesta de la asunción es de esperanza, como lo escuchamos. El momento más sombrío de la crisis actual es la falta de esperanza”, manifestó el cardenal Rodríguez.