Brasil. – México, Brasil y El Salvador destacan negativamente como los países con más altos índices de feminicidios y abuso sexual en Latinoamérica. Un grupo de cinco investigadoras abordó este lunes el tema en el panel “Acceso a la justicia: el feminicidio y el estado de derecho en América Latina”.
El centro del debate a través de internet -por las consabidas restricciones impuestas por la pandemia del coronavirus- alcanzó a desglosar cómo la crisis se ha agudizado más debido a los confinamientos en todo el mundo.
Los feminicidios en Brasil aumentaron un 22 por ciento en marzo y abril, en comparación con el mismo período del año pasado y las llamadas a líneas directas de violencia doméstica han aumentado, refiere la breve nota de antesala a la discusión.
El panel estuvo dirigido por la excongresista estadounidense Jane Harman, directora ejecutiva del Centro Wilson, organizador del evento.
“Las estadísticas recientes son horribles y demuestran la alarmante tendencia de la violencia contra las mujeres y las niñas. Solo algunos ejemplos. En Brasil, las tasas de feminicidio aumentaron un 22 por ciento en marzo y abril en comparación con la misma época del año pasado”, dijo Harman.
Según los datos mostrados por el Centro Wilson, En México, 987 mujeres y niñas fueron asesinadas en los primeros cuatro meses de 2020. El mes de abril batió un récord de cinco años.
Incremento de la violencia de género en Latinoamérica: otro síntoma del coronavirus
Gritos, golpes e insultos son solo las manifestaciones más visibles de otros síntomas que se ocultan tras algunas medidas que, irónicamente, buscan la seguridad. Muchas veces y contrario a lo esperado, refuerzan otra pandemia que crece y se fortalece al lado del coronavirus.
En tanto en El Salvador, durante las últimas dos semanas de marzo, “más del 50 por ciento de mujeres murieron más por feminicidio que por Covid-19”, aseguró la institución.
Georgiana Braga residente en El Salvador y representante para el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), habló sobre lo que considera “barreras estructurales”, que intensifican aún más el fenómeno.
Braga mencionó que entre los afectados también están integrantes de la comunidad LGBTI las personas transgéneros.
Para Braga, el acceso a los datos es uno de los obstáculos que impide visualizar el problema del feminicidio.
“A nivel regional estamos tratando de tener datos y de hecho datos registrados, porque este es uno de los temas clave que encontramos”, dijo.
En 1994, los países de las Américas adoptaron la Convención de Belém do Pará, formalizando la violencia contra las mujeres como una violación de los derechos humanos.
Desde entonces, Brasil, El Salvador y México han aprobado leyes que penalizan el feminicidio y el abuso doméstico.
“Sin embargo, en toda la región, muchos casos de feminicidio y violencia contra mujeres y niñas quedan impunes”, apunta el mensaje central de la conferencia.
“¿Por qué las leyes siguen siendo insuficientes para proteger a las mujeres y cómo podemos reducir y eliminar las barreras para la implementación?”, preguntaron las panelistas en un llamado de alerta.
“Las estadísticas oficiales muestran que en América Latina cada dos horas una mujer es asesinada por su género; pero el número real es probablemente mucho más alto”, explicó Harman.
Participaron además Juliana Martins, del Instituto Brasileño para la Seguridad Pública; Claudia Calvin, fundadora de “Mujeres Construyendo” y la moderadora Anya Prusa, asociada al Instituto de Brasil.