Tegucigalpa – Al menos 800.000 niños de Honduras de los estratos más vulnerables corren el riesgo de abandonar sus estudios debido al cierre de escuelas y la crisis económica que se ha agudizado con la pandemia de COVID-19, dijo este martes en entrevista con Efe el experto en Educación, Mario Alas.
«Ya la cobertura era un problema grave en Honduras aún antes de la pandemia y todo indica que (…) la crisis económica, que va paralela a la crisis sanitaria, va a hacer que los niños más pobres se desconectan del sistema (educativo)», subrayó Alas.
El país centroamericano, con 9,3 millones de habitantes, ha puesto en marcha programas educativos a través de la televisión y la radio, aunque el experto advirtió que no es suficiente para llegar a los niños más vulnerables que no tienen señal de cable o no disponen de un televisor o un radio en casa.
ACCESO LIMITADO A LA TECNOLOGÍA
Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), citados por Alas, licenciado en Ciencias Sociales y Matemáticas de profesión, más del 60 % de los hondureños carece de acceso a internet y el 91 % de los que tienen acceso a la red es a través de un teléfono celular prepago.
El experto destacó el «gran esfuerzo» hecho hasta ahora por la Secretaría de Educación y los docentes para proporcionar clases a los millones de niños que no asisten a clases por el coronavirus con ayuda de la tecnología.
Sin embargo, considera que muchos de los alumnos tienen «problemas», como la falta de conexión a internet o de dinero para pagar un plan de datos, para enviar las tareas que los maestros piden por WhatsApp desde que se suspendieron las clases presenciales, el 13 de marzo, por la COVID-19.
Honduras, que por el momento cuenta con cerca de 51.000 casos positivosy 1.583 muertes por coronavirus, tenía «una situación de desventaja» en relación a la cobertura educativa previo a la pandemia, añadió.
DESERCIÓN ESCOLAR
En 2014, la matrícula de estudiantes en los niveles de preparatoria, primaria y media era de 2,28 millones de estudiantes, cifra que bajó a 1,8 millones de alumnos a inicios de 2020, señaló Alas.
Aseguró que la crisis sanitaria y la económica, que se ha agudizado en el país por el nuevo virus SARS-CoV-2, provocará que «al menos 800.000 niños» de entre 3 y 17 años se «retiren del sistema educativo» antes de finalizar el año lectivo.
Según un estudio de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán, sobre «Los padres de familia opinan respecto a la educación hondureña en el contexto de COVID-19», el 40 % de los 56.578 progenitores entrevistados indicó sentirse «inseguro sobre el hecho de que sus hijos pueden terminar el año lectivo por problemas económicos», agregó el experto.
Advirtió que la matrícula de alumnos podría bajar de 1,8 millones en 2020 a un millón en 2021 por falta de tecnología y los elevados niveles de pobreza, que afecta a más del 60 % de los hondureños, y desigualdad social.
APROBAR A LOS ESTUDIANTES
Las deficiencias del sistema educativo estatal suponen un «problema muy grave» para los estudiantes, especialmente los más pobres, enfatizó.
Ante este panorama, dijo, las autoridades podrían promulgar un decreto con el que otorguen un aprobado general a todos los estudiantes este curso, una medida para que ninguno se quede atrás como consecuencia del coronavirus y «por el pecado de no poder conectarse» a la tecnología.
Con esta medida «menos dañina», todos los estudiantes serán aprobados y pasarán al siguiente de forma automática, explicó Alas, doctor en Educación.
En su opinión, esta medida podría generar «un problema de aprendizaje» a los alumnos, por lo que Observatorio de la Universidad Pedagógica propone realizar a inicios de 2021 «una evaluación estandarizada» para conocer lo que los menores no aprendieron en 2020 y programar en los primeros tres meses del ciclo escolar del próximo año «un repaso para nivelar» a los estudiantes.
«Es una situación bastante crítica», subrayó Alas, quien indicó que el 40 % de los hogares hondureños no tiene televisión por cable, en el 13 % no hay radio ni televisor y apenas el 14 % tiene computador, según cifras oficiales.
FUTURO INCIERTO
Seis de cada diez padres de familia entrevistados aseguran estar pasando una situación económica «preocupante o «desesperante» porque no tienen trabajo o sus ingresos han disminuido, en tanto que cuatro de cada diez ven «insegura la continuidad de los estudios de sus hijos durante el presente año lectivo 2020», señala el estudio.
Los padres consideran que la frecuencia y la calidad de la comunicación entre docentes y alumnos está «fuertemente condicionada por la conectividad a la red que existe en cada hogar», por lo que «buena parte de los menores se están quedando fuera» del sistema por el bajo acceso a internet, añade.
Ante el futuro incierto en el sistema educativo, Alas considera necesario tomar decisiones sobre los medios de enseñanza, el calendario escolar, el currículo y la evaluación del año lectivo.
«No existe una solución única, (por lo que) deben desarrollarse diferentes estrategias para incorporar a los estudiantes con dificultades para acceder a los medios virtuales», señala el estudio de la Universidad Pedagógica.
Los investigadores proponen realizar «una matriz resumida en la que se plantea una tipología de condiciones de comunicación familiar para establecer el vínculo entre docentes y alumnos». EFE