Lake Charles. – La destructiva marejada ciclónica ha retrocedido y comenzó la limpieza tras el paso del huracán Laura, pero funcionarios a lo largo de esta franja dañada de la costa de Luisiana advertían a los residentes que regresaban que podrían pasar semanas sin electricidad o agua durante los sofocantes días de finales de verano.
Al menos 14 personas murieron en Estados Unidos a causa de Laura, un huracán categoría. El presidente Donald Trump visita el sábado los lugares dañados en Luisiana y Texas.
La gente ahora recoge los escombros y, según informó AP, muchos tomaban la decisión de si querían regresar a casa en condiciones deplorables o esperar hasta que finalmente se restauraran los servicios básicos.
En la iglesia metodista First United en Lake Charles, un equipo batallaba con el agua que seguía filtrándose en el edificio de la iglesia mientras llovía el viernes.
Laura ha sido descrito como uno de los huracanes más feroces que han azotado a Estados Unidos.
La ciudad de Lake Charles, de 80 mil, sufrió algunos de los peores daños. Árboles caídos y servicios eléctricos destruidos bloquearon el tránsito y las señales de tránsito fueron arrancados.
Según AP, el alcalde Nic Hunter advirtió que no había tiempos programados para restaurar la electricidad y que las plantas de tratamiento de agua “fueron golpeadas”, por lo que sólo un hilo del líquido salía de la mayoría de los grifos en la ciudad de 80 mil habitantes.
“Si regresas a Lake Charles para quedarte, asegúrate de comprender la realidad mencionada y de estar preparado para vivir en ella durante muchos días, probablemente semanas”, escribió Hunter en Facebook.
La fuerza del huracán, además, revirtió el flujo del agua del río Mississippi, dijeron expertos a CNN.
Sobre el paso del huracán, John Bel Edwards, gobernador de Luisiana señaló que su estado no había sufrido los «estragos catastróficos» previstos y se declaró «poder estar aliviados».