Tegucigalpa. – El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh), publicó este martes una propuesto de un plan de reconversión económica y social del país ante los efectos de la pandemia del Covid-19.
El documento se titula: “Elementos de Diagnóstico y Lineamientos de Propuesta del FOSDEH para un Plan de Reconversión Económica y Social de Honduras frente al colapso sanitario, político y de corrupción 2020”.
En ese sentido, el Fosdeh enumera varias recomendaciones bajo el precepto lo que no debe hacerse. Es importante señalar que los momentos de crisis también pueden cambiar positivamente el rumbo de una sociedad en conflicto, dependiendo de cómo se comporten las partes y si la búsqueda de acuerdos incorpora a las organizaciones ciudadanas que promueven la democracia participativa.
Es claro que para reducir la repercusión de la pandemia no se debe actuar de forma aislada, sino que se necesita la participación de todos y evitar: 1. Tener una mirada nacional corta, sin advertir la profundidad del desplome de la economía internacional y nacional. 2. Pensar que la crisis actual es pasajera y puede simplemente enfrentarse con reasignaciones presupuestarias y un súbito mayor endeudamiento o simplemente aprovechar las lluvias de invierno para sembrar más granos básicos.
3. Adoptar medidas autoritarias y discrecionales que centralicen aún más las decisiones nacionales y promuevan la suspensión de garantías constitucionales esenciales, como la libertad de expresión o el acceso a la información pública sobre el manejo de las cuentas en esta emergencia.
4. Plantear el falso dilema entre salud versus economía. Si bien el cierre de fuentes de trabajo o la adopción de restricciones a la movilización pueden provocar efectos económicos negativos, éstos deben paliarse con medidas gubernamentales de austeridad pública y apoyo fiscal a la actividad económica.
5. Dejar al “mercado” el control de la cadena de suministro alimentario, lo que puede conducir a un aumento desmesurado de la inflación. 6. Aceptar propuestas que aumentan, en lugar de reducir, la incertidumbre nacional, como la devaluación continua del Lempira, reclamada por algunos agroexportadores para mantenerse “competitivos” en aquellos mercados de destino adonde acuden países como China, Vietnam del Sur, Corea del Sur y otros centroamericanos.
7. Aprobar nuevos e indefinidos programas de exoneración fiscal para “concretar” la nueva inserción productiva. 8. Abandonar la soberanía alimentaria por una dependencia alimentaria basada en la disponibilidad de importar alimentos procedentes de potencias mundiales del agrobussines.
9. La politización sectaria de la ayuda asistencial a la población con menores recursos. 19 y Lineamiento de Propuesta.
Lo que sí debe hacerse. Dada la naturaleza sin precedentes de esta crisis, es sumamente importante y urgente que se entienda mejor lo que sí debe hacerse: 1. Honduras debe dar los pasos necesarios que lo hagan capaz de producir beneficios, facilidades y oportunidades sociales que aseguren un clima socioeconómico y político sostenible en el tiempo.
2. Coordinarse los esfuerzos entre gobierno, sectores no gubernamentales y cooperación internacional en todas las fases de la respuesta a la crisis actual, en particular la armonización del seguimiento y la evaluación de las repercusiones, el diseño de las medidas en materia de políticas, la prestación y la orientación de la asistencia a las personas más vulnerables, y las campañas de comunicación y sensibilización.
3. Adoptar políticas y realizar inversiones encaminadas a respaldar la producción agrícola y mantener las cadenas de suministro esenciales, al tiempo que garantizar la protección de las personas más vulnerables, en particular mediante la ampliación de las redes de seguridad en zonas rurales y urbanas.
4. Cambiar las políticas que inciden en el encarecimiento y calidad de vida sustentable de grandes segmentos de la población hondureña. 5. Realizar las estrategias y acciones necesarias para, al menos, atenuar la escasez relativa de medicamentos e insumos en el sector salud. Solucionar los problemas en el costo creciente de la energía y servicios públicos que en el pasado reciente eran gratuitos, tal es el caso del uso de carreteras, seguridad y transporte.
6. Definir políticas migratorias para frenar el éxodo masivo de gran parte de la población joven y adulta, por la falta estructural de empleos, la violencia, la inseguridad, la pobreza y los altos niveles de impunidad e injusticia con los que se convive a diario. 7. Enfrentar realmente la corrupción pública/privada, empezando por rectificar los “beneficios” que le otorga a la impunidad el nuevo Código Penal.
8. Fortalecer en lugar de debilitar la “democracia” hondureña, expuesto a un nuevo desafío electoral. 9. La aprobación de reformas electorales que den credibilidad a un proceso en el que ya nadie cree. Resolver de una vez todo lo relacionado con la reelección presidencial, la equidad de género, el voto electrónico, la puesta en marcha de la segunda vuelta, la composición de las mesas electorales, el mandato revocatorio, los datos y su manejo honesto y, el financiamiento público de las campañas.
10. El Estado hondureño debe invertir en democracia, en el entendido que presupuestariamente la democracia es carísima cuando la rentabilidad es para el beneficio personal o familiar. Cuando la rentabilidad es social, entonces sí genera beneficios para las grandes mayorías.
Acciones claves de la estrategia de respuesta Prioridad 1. Esfuerzos y capacidades necesarias para enfrentar la pandemia El modelo neoliberal ha implicado que la ciudadanía vaya perdiendo su derecho constitucional a la salud, a no disponer de centros asistenciales de base, tampoco de hospitales y farmacias de despacho sin carácter de lucro. La sociedad ha sufrido estoicamente el deterioro progresivo de establecimientos de salud y, también, de educación. En contraste, ambos rubros se han ido privatizando, beneficiando a grupos corporativos que son, a la vez, dueños de bancos, hospitales privados, empresas de suministros básicos para la salud, de energía, educación y alimentos. Un ejemplo de ese desmantelamiento lo ofrece el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) que opera con servicios subrogados a clínicas y hospitales privados en 21 ciudades, a excepción de Tegucigalpa y San Pedro Sula. La comunidad internacional también ha tolerado esa privatización, proporcionando recursos para proyectos asistenciales que ni siquiera llegan a convertirse en paliativos para una población víctima de múltiples enfermedades. Instituciones financieras como el BID promueven la contratación de entes privados en materia de salud y realizan cuantiosas donaciones temporales a hospitales que ya han sido entregadas a fundaciones privadas.
Estos proyectos entrañan un forzado diseño neoliberal de la sociedad hondureña. No se ha consultado a los pobladores si prefieren una red de hospitales privados a una red de buenos hospitales y centros de salud públicos. En contraste, se ha impuesto un modelo prestatario de servicios basado en las leyes del mercado, mejor dicho, de quienes gobiernan el mercado. En esas circunstancias aparece la epidemia de Covid-19 y encuentra en verdadero estado de desnudez en buena parte de la institucionalidad pública.
Sin perder la oportunidad, esos mismos políticos y empresarios causantes del desplome público aprovechan que no existen insumos ni equipamiento médico adecuado para realizar compras directas -autorizadas por el Congreso Nacional- bajo condiciones y precios lesivos a la sociedad misma. Lo ocurrido con Invest-H no requiere comentarios adicionales. Este modelo, de menosprecio al dolor ajeno, al sacrificio del personal médico y administrativo y de burla a los propios organismos de auditoría y control, debe cambiar radicalmente por otro que responda efectivamente a los intereses nacionales.
Lineamiento de Propuesta. Al respecto proponemos: En lo inmediato: 1. Hacer valer el artículo 4 constitucional para garantizar el derecho del pueblo a la salud con atención médica, pruebas, análisis, vacunas y medicamentos gratuitos.
2. Fortalecer la capacitación de médicos y enfermeras del sector público en cuidados específicos de los afectados por Covid-19 y bajo normas estrictas de bioseguridad. 3. Disponer la adopción masiva de pruebas rápidas y PCR para detección de asintomáticos y trazar sus contactos.
4. Es crucial acercarse a barrios y colonias para impulsar búsquedas activas de asintomáticos y sintomáticos y actuar de conformidad en cuanto a aislamiento y búsqueda de contactos potencialmente contagiados. Las respuestas laboratoriales de detección han sido insuficientes para generar un número apropiado de pruebas como exigencia fundamental para controlar el avance de la pandemia.
5. Las instalaciones actuales (Hospital Escuela, Catarino Rivas y otros) no disponen de condiciones para segregar pacientes de alto potencial de transmisión de la enfermedad. 6. Garantizar la compra transparente de medicamentos, equipo e insumos de calidad, lo que es imprescindible no solo para proteger la vida de todo el personal de salud; sino, para fomentar una cultura de transparencia y rendición de cuentas.
Las compras realizadas, específicamente por Invest-H, han violado de manera flagrante la normativa legal existente. Es obvio, que las prácticas corruptas sin ningún tipo de control acarrearán desórdenes sociales de diversa índole. Los propios flujos de cooperación internacional podrían ser afectados en perjuicio de la población más pobre y necesitada.
7. Organizar ayudas alimentarias bajo criterios no político-partidarios 8. Las respuestas a las necesidades de cuidados deben ser pensadas desde un enfoque de género, pues son las mujeres quienes de forma remunerada o no remunerada absorben la mayor carga de cuidados. 9. Atención de la salud mental como afecto de la pandemia.
10. Mejorar el sistema de salud pública con más y mejores hospitales, equipos, médicos, especialistas, enfermeros, enfermeras, camilleros y otros trabajadores. 11. Ayudar con créditos, pensiones y becas para el bienestar a familias que hayan perdido a sus seres queridos por la pandemia del Covid-19.
12. Planificar a que sitios del país deben trasladarse las instalaciones asistenciales provisionales que han sido creadas durante la emergencia, evitar su posterior almacenaje, saqueo y deterioro, y asignar el presupuesto debido para su funcionamiento. Iniciar acciones de mediano y largo plazo para: 1. Dar mayor importancia a la medicina preventiva y promover el ejercicio físico y el deporte. 2. Realizar una campaña permanente en medios de comunicación sobre la importancia que tiene para la salud, una alimentación nutritiva y el grave daño que ocasiona el consumo de productos chatarra.
3. Establecer e impartir en el nivel básico de escolaridad, en todas las escuelas públicas, la materia de educación para la salud. 4. Atender con prioridad las enfermedades crónicas como la hipertensión, la diabetes, los padecimientos renales, la obesidad, el tabaquismo, el alcoholismo y la drogadicción, entre otras.
5. Crear más escuelas de medicina y enfermería, así como iniciar este mismo año el programa de becas para la formación de médicos especialistas, en México o en el extranjero, para la atención de las enfermedades más frecuentes y dañinas en el país. 6. Activar equipos de investigación con tratamientos alternativos en instalaciones apropiadas de las universidades públicas.
7. Invertir en investigación básica en salud. 8. Iniciar un plan para revertir el proceso de regresividad del sistema de seguridad social de Honduras. Prioridad 2 Vigorizar las políticas de generación de ingreso familiar y fiscal. Es absolutamente previsible el impacto negativo en la generación de ingreso familiar y fiscal a corto y mediano plazo. Para un país como Honduras, con un considerable grado de apertura de su economía al exterior, la contracción y/o recesión que se advierte del comercio internacional dará como resultante una desproporcionada caída de gran parte de la actividad económica y, por consiguiente, del empleo.
3. La Comisión Económica para América Latina (Cepal) advierte claramente de una recesión económica que podría extenderse en el tiempo. Concretamente para Honduras, la CEPAL proyecta una caída del PIB (proyecciones a julio) de 6.1 para el año 2020. 23 y Lineamiento de Propuesta Con el aumento de medidas que restringen el funcionamiento de las empresas y el movimiento de la amplia mayoría de los trabajadores, se ha incrementado el número de cierres parciales o totales de centros de producción y empleo.
El teletrabajo o trabajo a distancia es para un sector muy pequeño de la mano de obra en nuestro país. Los sectores más afectados son los trabajadores con contratos (empresas manufactureras), el sector de la economía informal, las cadenas de producción y comercialización de pequeños y medianos agricultores y los ligados al sector de los servicios (alojamiento, comidas, comercio al por menor, etc.).
Con la contracción internacional, el impacto será inmediato en las cadenas globales de valor altamente interconectadas, como las que aluden directamente a la industria de la maquila hondureña (textil, insumos automotrices, servicios de atención a clientes y equipos varios) y su epicentro de impacto sería principalmente el Valle de Sula y Francisco Morazán (que concentran el mayor número de casos de contagio).
Es, por tanto, inminente el cese de más de 130 mil empleos directos y una cantidad similar de empleos indirectos. Pero el desequilibrio productivo y de empleo no es nuevo, el cuadro de vulnerabilidad crónica se liga a la especialización productiva iniciada con los Tratados de Libre Comercio. La superficie de siembra de cultivos y la misma producción agropecuaria se trastocó notablemente. Igualmente, la adopción de esquemas de libre comercio ha impactado y obstaculizado las decisiones de siembra e inversiones conexas al proceso agropecuario, acarreando el empobrecimiento de varias regiones del país donde en el pasado reciente se producía bienes que ahora se importan, libre de impuestos, de Estados Unidos y otros países.
A lo anterior se agrega que el modelo imperante focaliza la inversión productiva en determinadas regiones del país, en función de lo planeado por los inversionistas privados, nacionales y extranjeros. A partir de 1990, con la implantación del modelo de ajuste estructural, pasó a segundo plano la capacidad (y voluntad) del sector público de impulsar políticas para auspiciar el desarrollo de las regiones del país con mayor fertilidad y potencial agrícola, y, en cambio, facilitó la implantación del capital “golondrina”, es decir, el capital que llega al país, permanece por un corto tiempo y luego sale nuevamente, cuando otros receptores le ofrecen los incentivos y rentabilidad que permanente e insaciablemente buscan los inversionistas extranjeros.
Para el Fosdeh, a partir de la presente coyuntura, el Estado debe reasumir actividades de planificación que generen las condiciones para sostener y estimular la oferta y la demanda. Esto requiere disponer de capacidades y recursos públicos, e instrumentos de política que deben diseñarse en línea con las capacidades productivas del país, algunas de ellas contenidas en su olvidado o marginado Plan de Nación-Visión de País.
El apoyo de la comunidad internacional, bilateral y multilateral será imprescindible para cualquier proyecto de reactivación económica y social, pero no debe ser bajo la modalidad de “dejar hacer y dejar pasar” a la corrupción pública, como lo atestigua el caso del Trans-450, que no pudo perpetrarse sin la complicidad, directa o indirecta, de los representantes de la institución multilateral involucrada. Era demasiado obvio la desviación de recursos como para no darse cuenta.
Hoy lo único que sobrevive de ese proyecto es la deuda multimillonaria que el país está obligado a pagar. En el plano de la comunidad financiera, sobresale también la relación de Honduras con el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas directrices influyen de manera directa en las políticas públicas más relevantes que adoptan los diferentes gobiernos.
El objetivo principal del acuerdo 2019 entre ambas partes (con una segunda evaluación favorable por el FMI publicada en junio 2020) es mantener la estabilidad macroeconómica mediante la aprobación y ejecución de reformas económicas e institucionales, para lograr, entre otras cosas, el crecimiento económico, mejoras en la gobernabilidad y un entorno favorable para la actividad empresarial.
Conforme esas directrices está pactado mantener una creciente recaudación de los ingresos fiscales a través de la consolidación de la política tributaria. Además, de medidas para contener el crecimiento del gasto corriente y expandir el gasto social e infraestructura.
En el marco de la política monetaria y operatividad del Banco Central de Honduras (BCH), el compromiso con el FMI es presentar una nueva ley del BCH al Congreso Nacional de la República.
Al respecto propone: En lo inmediato: 1. Reajustar o renegociar el Acuerdo vigente con el FMI, frente a la imposibilidad real de poder cumplir con el mismo, tomando en cuenta que el acuerdo se suscribió antes del impacto de la pandemia y la crisis mundial.
2. La renegociación con la banca multilateral incluye el no pago del servicio de la deuda durante la epidemia. 3. La epidemia del Covid-19 que ha paralizado la globalización de los intercambios, el turismo, la maquila y las actividades de pesca y acuicultura, demanda el cese temporal de los incentivos fiscales y el incumplimiento de los propios parámetros de contención del gasto y endeudamiento público.
Supone la apertura de un período temporal – asumamos de un año- de redefinición de nuevas reglas fiscales. 4. Las exigibilidades de Impuesto Sobre la Renta ISR e Impuesto Sobre Ventas ISV no tienen razón de ser tal como están en práctica pues de lo que se trata es impedir la caída total en la generación de ingresos y el desplome de las fuentes de trabajo.
5. Reconsiderar la validez temporal de autorización para la generación de facturas pues en gran medida se ha desarticulado todo el aparato de producción de bienes y servicios. 25 y Lineamiento de Propuesta 6. Se trata, por ahora, de generar incentivos y facilidades para lograr la sustitución de importaciones por producción interna.
7. La masa salarial del Sector Público debe financiarse, en gran medida, con las Reservas Internacionales convertidas a lempiras. 8. Revisar el impacto y renegociación del CAFTA-RD, especialmente por el desmontaje que sufre el aparato productivo, tal como ya sido expresado anteriormente, para potenciar la producción nacional y contener el déficit esperado en la Balanza Comercial.
9. Rescatar y actualizar la Estrategia de Reducción a la Pobreza, orientando el Presupuesto Nacional y los esfuerzos del Estado en generar empleo, ingreso y bienestar socioeconómico para la población de Honduras.
10. Aprobar un Presupuesto General de la República (egresos e ingresos) que priorice la reactivación económica y social, acordado de manera responsable y participativa por el Congreso Nacional, sin dispensar ningún debate, en audiencias públicas dentro de los plazos y fechas programadas.
11. No omitir en el Anteproyecto del Presupuesto ningún elemento de las Disposiciones Generales del Presupuesto y colocar el texto completo de cada artículo, sin obviar su discusión.
12. Antes de aprobar el Presupuesto General de la República del siguiente año, se debe presentar para aprobación de los diputados, la liquidación de ingresos y gastos con datos de al menos diez u once meses de ejecución presupuestaria del año en curso.
13. Frente al incremento desmesurado de la deuda de las familias, rediseñar la Política Monetaria y Crediticia, que incluye el abordaje equilibrado del abuso del Sistema Financiero Nacional.
14. Fortalecer la capacidad de respuesta de los gobiernos locales a las demandas comunitarias, incluyendo la integración de Mesas Urgentes de Producción Agropecuaria.
15. Crear líneas nacionales de crédito a favor de los productores, bajo términos o condiciones que tomen en cuenta sus pérdidas actuales. Prioridad tres redefinir los pilares de un Nuevo Estado Nacional. El largo plazo existe, aunque ahora todo parezca sujeto a la inmediatez de las necesidades. Pero construir a futuro dependerá de la calidad de decisiones que se adopten en la actualidad, no después.
Al respecto propone: En lo inmediato: 1. Diseñar y poner en marcha una Política Migratoria Integral centrada en resolver las verdaderas causas de la migración externa, mediante un plan y una estrategia que generen condiciones nacionales que las contengan y aseguren la reinserción social y productiva de los migrantes
2. Abordar el problema del Cambio Climático como una constante que afecta la actividad productiva y la sobrevivencia humana y demás seres vivos del país (priorizando las regiones más afectadas). Las previsiones presupuestarias y los ajustes con la cooperación internacional se tornan cada vez más indispensables y prioritarios en este tema. De igual manera se recomienda poner en marcha los instrumentos vigentes de ordenamiento territorial.
3. Priorizar el combate a la corrupción pública (como ya se ha planteado) previendo el mayor nivel técnico para diseñar y ejecutar las políticas públicas y, de manera muy concreta, en lo que concierne al diseño, aprobación y ejecución del presupuesto público y sus disposiciones generales.
4. Desarrollar una estrategia y un proceso de rescate de la banca pública para recuperar su sostenibilidad y frenar las irregularidades internas que contribuyen a su descapitalización.
5. Disponer de una Estrategia y Plan de Acción para la Sostenibilidad Alimentaria Nacional, tomando en cuenta los efectos vigentes del cambio climático en Honduras.
6. Iniciar un plan para sustituir la programación continua de la devaluación del Lempira por un sistema que siga el estándar de América Latina.
7. Definir la ruta del país que deseamos mediante un Plan de Rescate Socioeconómico y Político del Estado Nacional, con amplia participación de la ciudadanía.
8. Desestructuración de la corrupción e impunidad en Honduras. En conclusión: Nadie tiene la capacidad de auscultar el futuro y concluir que la complejidad sanitaria y geopolítica cesará en una fecha ya programada. Hay quienes aseguran que pronto todo vuelve a la “normalidad”.
Otros que en septiembre y otros más en los primeros meses de 2021. No obstante, hay la certeza que la pandemia acompañará al mundo durante mucho tiempo. A ese panorama se añade que el año entrante nuestro país entrará de lleno a la carrera electoral, con elecciones primarias y luego las generales. Mientras persista la incertidumbre sobre la reapertura de la economía internacional y el curso del proceso electoral, es imperativo tomar medidas y políticas que puedan subsanar las consecuencias.
A lo largo de esta propuesta se ha reclamado iniciar un proceso consensuado de generación de medidas dirigidas a enfrentar los efectos colaterales de la paralización económica acarreada por la pandemia y de la confrontación política derivada de la lucha por el poder.
No obstante, en lo inmediato dos son las prioridades insoslayables de atender: la crisis sanitaria y la disponibilidad de alimentos. Ambas son manifestaciones inmediatas de la crisis.
Simultáneamente, se debe considerar la enorme magnitud del sector informal que suele no ser bancable y que requiere programas de apoyo y acompañamiento, con el propósito de reiniciar su capacidad productiva, tanto en los centros urbanos como rurales. Otra importante prioridad, señalada por Cepal, parte de considerar el rol imprescindible de la mujer con una carga desproporcionada a nivel de los cuidados de salud en los hogares. Basta ya de considerar las políticas de género como secundarias.
Sin el aporte de las mujeres, en condiciones igualitarias de acceso a bienes y servicios, será imposible que el país pueda salir bien librado de esta emergencia. Nada justifica que la política económica y social margine a la mujer. Vale subrayar, en otro orden de prioridades, que ninguna propuesta de reactivación económica y social será sostenible mientras persista la impunidad a la corrupción. Se debe comprender que el país no será viable si persisten la pobreza y la desigualdad.
“Todos debemos ajustarnos a la legalidad y a reglas claras. Sin justicia y equidad no habrá garantía de seguridad, tranquilidad y paz social. Así de claro”, puntualiza el extenso documento.