Tegucigalpa. – Unos mil 500 pequeños y sus familias disfrutaron este jueves con gran alegría en la celebración del Día del Niño que la Guardia de Honor Presidencial (GHP), les llevó casa por casa en las colonias La Guzmán y Ricardo Álvarez, de Comayagüela.
La institución militar, sin dejar de lado su mandato constitucional, como parte de su labor de proyección social compartió con muchos niños que debido a la pandemia de Covid-19 hace varios meses no salen de sus casas, en la parte más alta y alejada de la ciudad.
Algunos se vistieron de superhéroes, heroínas o payasitos, entre otros personajes, todo para dibujar una sonrisa debajo de la masacrilla de los pequeños, muchas entregadas por los militares también como parte de la celebración.
El mayor Olban Mejía, uno de los oficiales que participó en esta celebración, dijo que “la Guardia de Honor Presidencial, como una unidad insigne de las Fuerzas Armadas, tomó a bien hacer una actividad de proyección con la ciudadanía y estamos beneficiando aproximadamente a unos 1.500 niños”.
“Traemos regalos, pastel, dulces y animación para que ellos puedan pasar un momento agradable, ya que por la situación de la pandemia ellos han estado restringidos de algunas libertades que tenían antes”, indicó
Mejía añadió que con la celebración del Día del Niño “queremos darles un poco de ánimo y esperanza” a estos pequeños.
También en esta actividad estuvo el subcomisario de Policía Aldo Rodríguez, quien apuntó que “por medio de la Guardia de Honor Presidencial se hizo esta celebración a estos niños que son bien humildes y a pesar de lo que estamos pasando la Guardia irá a la casa de cada familia para regalarles un momento alegre”.
El oficial aseguró que los habitantes del sector los recibieron “con mucha aceptación, ya que tenemos un acercamiento a la gente, y la verdad es que Policía Nacional y Fuerzas Armadas estamos con la población”.
Las calles de estas colonias son de tierra y se respira un aire de calma mientras los uniformados recorren las calles y las familias salen a las puertas de sus casas para recibir los regalos de la celebración del Día del Niño, algo que no imaginaban y que automáticamente les marcó sonrisas en sus rostros.
Los pequeños recibieron globos, se tomaron fotografías y disfrutaron de momentos agradables e inolvidables.
Padres y niños agradecidos
“Yo estoy muy feliz porque la Guardia de Honor nos vino a dar este regalo y que Dios los bendiga”, dijo el pequeño Axel, que junto a los demás menores se disponían a divertirse con sus nuevos carros de juguete.
Sara Rodríguez, abuela de tres menores, dijo que “nos sentimos alegres y es primera vez que suben hasta aquí arriba; estoy emocionada, alegre y doy gracias a Dios por que él toca corazones”.
“Nos sentimos felices porque nos están dando juguetes” para los niños, dijo don Nicasio López, otro padre de familia del sector.
Debido a que “estamos pobres ahorita, no les íbamos a comprar nada”, agregó López.
Carolina Mancía, madre de cinco hijos, manifestó que “yo me siento muy feliz. No nos lo esperábamos y no teníamos nada que darles a los niños hoy; gracias, porque a pesar de las circunstancias no se pierde la tradición”.
Mientras, Abigail, su pequeña hija, cargaba la muñeca que los militares le regalaron y dijo que “estoy muy feliz”.
Los uniformados pusieron ambiente de fiesta en la colonia con un carro de sonido que con su música recorrió el sector.
Proyección de la GHP
La Guardia de Honor Presidencial, comandada por el coronel Tulio Romero, ha realizado diversas actividades de proyección social durante este año.
Entre esas tareas destaca la limpieza de la represa Los Laureles, donde los efectivos de la GHP recogieron basura, cortaron vegetación y quitaron sedimento en gran parte del entorno del embalse para ampliar su capacidad de recolección de agua.
Además de cultivar vegetales en un paraje árido en los predios de la Casa Presidencial del bulevar Kuwait, también ha realizado la actividad Corre y Limpia, una vez al mes por las calles de Tegucigalpa, buscando generar conciencia en la población para no lanzar la basura a las principales arterias viales de la ciudad.
Asimismo, efectuó labores de entregas de mascarillas y desinfección en farmacias y supermercados, cuando recién había iniciado el periodo de confinamiento, buscando contribuir con la población para evitar la propagación del coronavirus.
Siempre durante el periodo de cuarentena, la GHP realizó actividades de transporte para una buena cantidad de niños con cáncer que debían acudir a sus tratamientos y que no podían trasladarse a los centros hospitalarios por no estar disponible el transporte urbano.
En Semana Santa, la GHP efectuó una recreación fiel y con todas las medidas de bioseguridad de la procesión del Víacrucis, con el objetivo de clamar ante Dios por el control del coronavirus y mantener intactas las costumbres religiosas, pese al confinamiento.
