Tegucigalpa. – El arzobispo de Tegucigalpa, cardenal Oscar Rodríguez. recriminó hoy durante la homilía correspondiente al octavo domingo de pascua, celebrada e la Basílica Menor de Suyapa que en Honduras las ideologías quieren devorar a quienes no piensan como ellas.
“Realmente en nuestro mundo no hay espacio para el Espíritu Santo, por eso surgen las guerras, las divisiones, la violencia y las grandes injusticias”, lamentó el prelado.
Recalcó que “nuestra Honduras está dividida, está confrontada, ya no podemos pensar de distinta manera porque las ideologías quieren devorar a todo aquel que no piense como ellas”.
El purpurado cuestionó que “esto es una Babel, por eso necesitamos El Pentecostés, donde todos podamos entendernos porque la lengua del Espíritu es el amor, no es el odio, no es la confrontación, no es la división”.
El líder religioso, recalcó que “quien piensa diferente a nosotros no es nuestro enemigo. Tenemos que superar ese daño tan grande que hace a nuestra Honduras la confrontación por cualquier tipo de ideologías”.
El titular de la arquidiócesis de Tegucigalpa, apuntó que “en nuestro mundo cuando no hay espacio para el Espíritu Santo, vemos lo que estamos mirando, violencia y muerte”.
“Esa guerra del Medio Oriente gracias a Dios ha llegado a una tregua, pero nunca se encontrará la paz mientras no aprendamos a respetarnos los unos a los otros”, sentenció el prelado.
“Lo anterior es válido también para nuestra iglesia, cuando el Espíritu Santo no está presente en las comunidades surgen divisiones y enfrentamientos. Sin el Espíritu Santo en nuestro mundo, en nuestra Iglesia, en nuestras relaciones privadas nos convertimos en la Torre de Babel”, enfatizó.
Según Rodríguez, “vivimos en la confusión no logramos entendernos. Es aquí en donde debemos abrir las puertas al Espíritu Santo, él es quien nos tiene la esperanza en medio de la confusión, además quien fortalece nuestra fragilidad humana”.
“El Espíritu de Jesús Resucitado, que es todo amor, es el que nos llenará el vacío en nuestro corazón que reclama plenitud”, concluyó.
