Santiago de Chile- Latinoamérica se expandirá este año un 5,2 %, una cifra que denota un importante rebote desde la profunda contracción de 6,8 % anotada en 2020, pero que no alcanzará para asegurar un crecimiento sostenido ni revertir los efectos de la pandemia, alertó este jueves la Cepal.
«Los impactos de la crisis y los problemas estructurales de la región se han agudizado y repercutirán negativamente en la recuperación y en los mercados laborales más allá del repunte de 2021 y 2022», dijo a Efe la secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), Alicia Bárcena.
Para 2022, la tasa de crecimiento regional será del 2,9 %, según el organismo dependiente de Naciones Unidas, que había estimado en abril pasado un repunte del PIB para este año del 4,1 %.
Estas tasas de crecimiento, agregó Bárcena, «no son sostenibles y existe un riesgo de retorno a trayectorias mediocres, con insuficiente inversión y empleo, y mayor deterioro ambiental».
Panamá (12 %), Perú (9,5 %) y Chile (8 %) encabezarán el crecimiento de la región, seguidos de República Dominicana (7,1 %), Argentina (6,3 %), México (5,8 %), Colombia (5,4 %) y Bolivia (5,1 %).
Los que tendrán un peor desempeño este año son Cuba (2,2 %), Nicaragua (2 %), Haití (0,1 %) y Venezuela (-4 %), mientras que los que se encuentran en el medio son El Salvador (5 %), Honduras (5 %), Guatemala (4,6 %), Brasil (4,5 %) Uruguay (4,1 %), el Caribe (4,1 %), Paraguay (3,8 %), Costa Rica (3,2 %) y Ecuador (3 %).
«De los 33 países de la región, 19 no habrían recuperado el PIB de 2019. Por eso decimos que hay una paradoja porque crecen, pero no es suficiente», indicó Bárcena.
LA REGIÓN MÁS AFECTADA
Con una contracción del 6,8 % en 2020 -la mayor en 120 años-, 38,3 millones de infectados y 1,29 millones de muertos, Latinoamérica es la región del mundo más afectada por la pandemia en términos sanitarios y económicos.
La pobreza y la pobreza extrema aumentaron hasta el 33,7 % (209 millones de personas) y el 12,5 % (78 millones), respectivamente, mientras que el cierre de 2,7 millones de empresas llevó a la tasa de desocupación el año pasado al 10,7 %.
El nivel del PIB per cápita regional terminó 2020 en el mismo escalón de 2010, lo que significa que la región se encuentra frente a una nueva década perdida, como la vivida en la de 1980.
La región, que en 2019 creció solo un 0,1 %, destinó en 2020 en promedio el 1,55 % de su PIB en ayudas directas para combatir la crisis económica provocada por la covid-19 para paliar los efectos de la crisis.
Bárcena, sin embargo, mostró su preocupación por las «insuficientes» transferencias de emergencia realizadas entre enero y abril de este año, que solo llegaron a 10.000 millones de dólares (0,26 % del PIB de 2020).
De seguir así, la cobertura disminuiría de 49 % a 29 % de la población, es decir, de 326 a 231 millones de personas entre 2020 y 2021, alertó tras la presentación del informe «La paradoja de la recuperación en América Latina y el Caribe».
Las transferencias de emergencia a los sectores más vulnerables permitieron atenuar el alza de la pobreza en la región en 2020, aunque sí aumentó la diferencia en la distribución del ingreso (2,9% del índice de Gini) en la región más desigual del mundo.
Latinoamérica es también la zona con el mayor peso de la deuda externa en el PIB (56,3 %), lo que «reduce el espacio fiscal y pone en peligro la recuperación y el crecimiento futuro», de acuerdo al organismo.
El comercio exterior es el que presenta sin duda el panorama más favorable: la Cepal prevé que las exportaciones regionales se incrementen 22 % en 2021 -tras experimentar un descenso de 10 % en 2020- debido al aumento de los precios de las materias primas y la recuperación de la demanda en China, Estados Unidos y Europa.
La crisis sanitaria está lejos de darse por superada en Latinoamérica, donde se expande la contagiosa variante delta, varios países encaran una nueva ola de contagios y el ritmo de vacunación avanza a cuentagotas, a excepción de Chile, uno de los líderes mundiales en inoculación.
«Estamos ante una gran incertidumbre y hay que tratar de cambiar el modelo productivo para apuntalar el crecimiento y la inversión», concluyó la secretaria ejecutiva.