Glasgow. – A pesar de que Honduras no tiene responsabilidad en la contaminación ambiental producida por las potencias del mundo, el gobierno del presidente Juan Orlando Hernández ha ejecutado durante más de siete años acciones contundentes para mejorar las condiciones de vida de las comunidades más perjudicadas por el cambio climático en el territorio nacional.
Huracanes como Fifí (1974), Mitch (1998) y las tormentas devastadoras Eta y Iota, en 2020, han dañado la economía de Honduras, un país que, sin embargo, está en proceso de crecimiento y consolidación económica.
Actividades agrícolas como la producción de café, palma africana, banano y plátano han sido impactados fuertemente por plagas, producto del cambio climático, que es una realidad mundial que incide negativamente en los países que menos contaminación producen como es el caso de Honduras.
Asimismo, el fenómeno de El Niño, que produce sequía, y La Niña, con tormentas que derivan en inundaciones, son menos marcadas regularmente como en otros periodos del año en el país, producto del cambio climático.
El gorgojo descortezador ha sido una de las plagas que generó quema y hasta tala de árboles de manera controlada en gran parte del territorio nacional desde 2015, producto también del cambio climático.
Desde la COP21 en Paris, Francia, que fue la primera en la que participó, el presidente Hernández fijó una postura contundente de que Honduras debía ser apoyada por todas las naciones del mundo por ser el país más afectado por el cambio climático.
Estos acuerdos pactados en esa cumbre hoy más que nunca cobran vigencia en la COP26 en Glasgow, Escocia, y se exige el fiel cumplimiento de ellos para que más recursos, entre ellos los Fondos Verdes del Clima, lleguen a los países más perjudicados como Honduras, Haití y Puerto Rico.
En el tema de mitigación se espera para el 2030 una reducción del 16 por ciento de las emisiones de los sectores y fuentes relacionadas con la Energía, Agricultura, Procesos Industriales y Uso de Productos (IPPU) y Residuos con respecto al escenario BAU.
Este compromiso está condicionado a que el apoyo sea favorable, previsible y se viabilicen los mecanismos de financiamiento climático por parte de la comunidad internacional.
Otro de los objetivos en esa materia por parte del Gobierno es la forestación/reforestación de 1,3 millones de bosque antes del 2030.
Por lo anterior se ha firmado un acuerdo de cero deforestación y restauración con el sector palmero y seguirán los sectores de café, ganadería sostenible y agricultura, los que suman un millón 350 mil hectáreas.
Otra de las acciones de la Administración Hernández es la reducción de un 39% del consumo de leña en las familias a través de la NAMA de Estufas Eficientes.
Con esta iniciativa se contribuirá en la lucha contra la deforestación y en la mejora de la calidad de vida. (400 mil a la fecha, 200 mil más para el 2030).
Asimismo, se aumentará la fijación de carbono 0,75 millones de toneladas por año hasta el 2030.
El gobierno ha trabajado en medidas de adaptación implementadas en forma transversal en la planificación y política pública nacional aprobada por ley.
En ese sentido, el país aumentará su inversión en clima del gasto público del 37 por ciento (2017) hasta alcanzar el 60 por ciento en 2022 y el 75 por ciento en 2030.
El monitoreo de la inversión nacional en clima indica que el promedio en cambio climático ronda los 2000 millones de dólares, de los cuales el 95 por ciento es de fondos nacionales y cinco por ciento es cooperación internacional.
Esto incluye préstamos y donaciones. Este porcentaje debe incrementarse respaldando la brecha fiscal del país con ayudas presupuestarias en sectores claves como ambiente, bosques y agricultura.
En cuanto a la resiliencia, Honduras trabaja con cuatro ciudades en ese tema y se espera un aumento a 22 ciudades el trabajo con apoyo de la comunidad internacional.
Asimismo, el Gobierno ejecuta acciones para reducir la vulnerabilidad y aumentar la energía renovable.
Para ello, se aumentará el represamiento de aguas en cuencas estratégicas para uso múltiple incluyendo protección de valles productivos (al menos 19 nuevas represas en los ríos más importantes); se protegerá el 80% del Producto Interno Bruto (PIB).
Para finalizar, en el renglón de las capacidades y transparencia se trabaja en la restructuración del sector clima con énfasis en políticas de cambio climático y fortalecimiento de capacidades en finanzas climáticas.
Con ello, se incrementará el aporte de la inversión internacional del cinco por ciento al año 10 por ciento al 2030.
El presidente Hernández abogará nuevamente en la COP26 de Glasgow para que Honduras acceda a más recursos de los Fondos Verdes del Clima para ejecutar el Plan de Reconstrucción Nacional y Desarrollo Sostenible.
Con mayor énfasis como una urgencia mundial y en especial de los países de la región que afrontan directamente las consecuencias del cambio climático, el gobernante hondureño expondrá ante la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Cambio Climático C0P26 el Plan de Reconstrucción Nacional y Desarrollo Sostenible impulsado por su gobierno luego del paso devastador de las tormentas Eta y Iota en noviembre de 2020.
Honduras sufrió el embate de esos dos fenómenos naturales en menos de 15 días. En la zona del Valle de Sula, que fue la más afectada, más de 300 mil familias perdieron sus casas, enseres, afectando además a negocios, industrias y la producción del campo.
En ese sentido, el mandatario responsablemente formuló un decreto de emergencia en el que se contempla la planificación para la construcción de represas en distintas regiones del país para la contención de agua por inundaciones, asegurar producción en el campo (seguridad alimentaria), generación de empleo y la generación de energía eléctrica.