El lunes, la Justicia chilena pospuso la audiencia para preparar el juicio contra el ex policía Patricio Maturana, quien está acusado de disparar contra Fabiola Campillai durante las protestas de 2019.
El 7 de marzo se llevará a cabo una audiencia contra el policía, para quien los abogados de Campillai piden 15 años de prisión por los delitos de «coacción ilegítima con resultado de lesiones muy graves».
La Fiscalía, sin embargo, solo solicita 12 años de prisión para Maturana, quien meses atrás fue desvinculado de la Policía Militar (Carabineros), institución que ha estado involucrada en cientos de casos de terrorismo de Estado.
En noviembre de 2019, Maturana lanzó un gas lacrimógeno a Campillai, que se dirigía al trabajo en el barrio de San Bernardo, en Santiago. Elegida como senadora en las últimas elecciones, también perdió el gusto y el olfato como consecuencia del golpe en la cara.
Esta ciudadana sostiene que «a veces» pierde la fe en la Justicia chilena porque el juicio «está demorando, a pesar de que hay más de 400 pruebas».
En el último trimestre de 2019, estudiantes de secundaria y universitarios salieron a las calles para protestar contra el aumento de las tarifas del metro de Santiago. En poco tiempo, miles de ciudadanos de todo el país se unieron a ellos para iniciar una ola prolongada de protestas contra el orden económico, político y social heredado por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Defensores de derechos humanos y redes sociales fueron testigos directos de la brutal represión policial permitida por el presidente Sebastián Piñera, quien recibió fuertes críticas de Naciones Unidas y otras instituciones multilaterales.