La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet. EFE/EPA/MARTIAL TREZZINI/Archivo
La alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, aseguró hoy que el uso de programas espía como Pegasus o Candiru “es una afrenta a la privacidad y una obstrucción a la libertad de expresión”, que amenaza el trabajo de periodistas y otros profesionales.
En un discurso grabado en vídeo con ocasión del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la expresidenta chilena afirmó que la creciente utilización de este tipo de programas de vigilancia “ha provocado detenciones, intimidaciones e incluso asesinatos de periodistas”, poniendo además en peligro a sus fuentes y a sus familias.
“El software Pegasus se está utilizando en al menos 45 países, a menudo con un total secretismo y fuera de cualquier marco legal”, indicó en su discurso, emitido durante un acto conmemorativo en el Instituto Universitario de Altos Estudios Internacionales de Ginebra con la presencia de los dos recientes ganadores del Nobel de la Paz, los periodistas Maria Ressa (Filipinas) y Dmitri Muratov (Rusia).
Bachelet denunció que muchos periodistas han tenido que recurrir a la autocensura a causa de la creciente utilización de este tipo de herramientas de vigilancia, para las que con anterioridad la alta comisionada pidió una moratoria en torno a su uso, exportación, venta y transferencia.
“Urjo a todos los Estados que adquieren este tipo de tecnologías de vigilancia a que lo hagan cumpliendo los estándares de derechos humanos, y que se pregunten si son herramientas legales, necesarias y proporcionales frente a sus riesgos”, reiteró Bachelet.
La alta comisionada también pidió mecanismos para regular estas tecnologías, ante la práctica falta de limitaciones en el actual mercado, con los que se garantice que las compañías que las desarrollan puedan rendir cuentas y se les exija así mayor transparencia.
“No sólo es una obligación de los Estados, también animo a las empresas privadas de vigilancia a que expresen públicamente su compromiso con el respeto a la libertad de expresión y la privacidad”, añadió Bachelet.
La responsable de derechos humanos de Naciones Unidas también recordó que hoy en día muchos periodistas continúan afrontando graves riesgos, especialmente aquéllos que trabajan en zonas en conflicto, en países donde el espacio cívico está muy restringido o donde los niveles del crimen organizado son muy elevados.
Bachelet recordó que el pasado año el número de periodistas detenidos se elevó a al menos 293, mientras que la cifra de asesinados bajó a 55.
“La impunidad de estos asesinatos sigue siendo generalizada, y un estremecedor 87 por ciento de los asesinatos ocurridos desde 2006 sigue sin resolverse”, lamentó, en referencia a los crímenes cometidos contra profesionales de los medios.
La expresidenta chilena citó expresamente el caso de México, uno de los países donde el oficio de periodista entraña mayor peligro, y en el que según ella al menos ocho trabajadores de medios de comunicación fueron asesinados en 2021 y otros siete en lo que va de 2022.
Al menos 12 reporteros han muerto en la cobertura de la actual guerra de Ucrania, indicó Bachelet, quien pidió en su discurso rendir especial tributo a quienes informan bajo amenazas, intimidación y vigilancia “para que podamos acceder a información libre, precisa e independiente”.
EFE