San Pedro Sula. -La Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia de Honduras (DINAF), dio a conocer por medio del Centro de Atención a la Niñez y Familia Migrante (CANFM-Belén), con sede en la ciudad de San Pedro Sula, que la población infantil retornada como deportados, alcanzó los 15 mil 081, niños que viajaron acompañados y otros tres mil 061, que lo hicieron sin compañía de un adulto.
De ese total de más de 18 mil menores que fueron deportados en lo que va de 2019, alrededor del 20 por ciento, presentan trastornos de ansiedad, estrés postraumático que implica que el niño o adolescente ha sufrido o presenciado un hecho violento durante el trayecto de la ruta migratoria, así como miedo generalizado al volver a su país de origen.
En ese sentido, detallaron que unas de las principales vulneraciones a las que está expuesta la infancia y adolescencia durante el proceso de migración irregular, prevalece el delito de trata de personas, secuestro, abuso sexual, sicológico, maltrato físico, emocional, así como, abandono, discriminación, estigmatización, exposición a diversos tipos de enfermedades, mala alimentación y hasta la muerte.
A través de profesionales de la sicología, la Dinaf indicó que los niños usados como escudos fronterizos para pretender ingresar de forma irregular a un país, están mayormente expuestos a desarrollar el Síndrome de Ulises, que consiste en un conjunto de síntomas que se derivan de estresores graves asociados a la emigración y conocido como en el Síndrome del inmigrante con estrés crónico y múltiple.